Leobaldo Cabrera reinventó su estilo en primera experiencia con Tiburones

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Prensa Tiburones
0
(0)

Leobaldo Cabrera tenía un par de temporadas en las que había bateado para promedios elevados como profesional, pero al momento de su estreno en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional con los Tiburones de La Guaira en la 2022-2023, el jardinero estaba lejos de ser considerado como un bateador de poder y mucho menos una máquina de remolcar carreras. Las bases robadas, mientras tanto, tampoco eran parte de su juego con la suficiente frecuencia como para considerarlo una amenaza cuando estaba en circulación. Todo eso cambió con su primera experiencia en la pelota invernal.

En sus 21 juegos con los salados en la zafra anterior, Cabrera apenas sacudió un cuadrangular, remolcó 13 carreras y se robó dos almohadillas, números acordes a los que venía registrando en las ligas menores de los Yankees de Nueva York y Mellizos de Minnesota a lo largo de su trayectoria como profesional. Sin embargo, a pesar de que las estadísticas no lo reflejaban todavía, el patrullero estaba haciendo los ajustes necesarios para cambiar su estilo de juego por completo.

Y este año, en 118 juegos con el Spire City de la Liga del Atlántico, el joven paleador dejó en evidencia su nueva versión, finalizando con 27 dobles y 34 jonrones, además de con 100 carreras remolcadas y 20 bases robadas.

«Ha sido todo un trabajo. El béisbol es bastante complicado, para nadie es un secreto, en especial el bateo», recordó Cabrera, en declaraciones recogidas por Sello Deportivo. «Creo que con la experiencia he ido trabajando en huequitos que tenía en el swing. Por ejemplo, el año pasado en Doble A tuve muchos inconvenientes con los pitcheos quebrados, pero vine a Venezuela, me ajusté un poco mejor y traté de llevar eso para allá. Sé lo que puedo dar y hacer. Lo principal es hacer lo que hice en Estados Unidos, divertirme y salir sin presión. Cuando juegas así, las cosas salen bien».

Sueño cumplido para Cabrera:

Más allá de realizar esos ajustes que pagaron dividendos en el circuito independiente y que podrían colocarlo en posición para regresar al béisbol organizado tras una campaña de ausencia, la primera pasantía de Cabrera por la LVBP estaba destinada a ser especial de cualquier forma.

Tiburones alcanzó la gran final del torneo y estuvo muy cerca de ponerle punto final a una sequía de títulos de casi cuatro décadas, hasta que los Leones del Caracas rompieron esas esperanzas y se coronaron en seis desafíos. No obstante, resultados a un lado, el nativo de Guarenas cumplió una meta personal al uniformarse con los salados y jugar frente a su gente.

«Fue un orgullo. Era un sueño debutar en la liga venezolana«, indicó. «Gracias a Dios y a la oportunidad que me dieron en el equipo. Nos quedamos con esa espinita, pero esperemos este año salir a competir desde el primer día y poder ganar el campeonato».

Otra razón para celebrar:

Si la 2022-2023 quedará grabada en su memoria por siempre, qué decir de una 2023-2024 que promete reunirlo en el mismo terreno de juego con su hermano menor, Oswaldo, grandeliga de los Yankees. El utility estaría próximo a incorporarse a los entrenamientos de los Tiburones en el Estadio Universitario y existe la posibilidad de que ambos puedan estar en la alineación del combinado bajo el mando de Edgardo Alfonzo cuando se escuche la voz de «play ball» el venidero 21 de octubre.

«La opción es 100% real. Mi hermano está por incorporarse al equipo», aseguró Leobaldo. «Es un sueño para nosotros. No jugaba con él desde 2017, cuando jugamos con los Yankees. Es un sueño uniformarme con él y dar lo mejor de nosotros para demostrarle al público de La Guaira lo que tenemos para dar los hermanos Cabrera», añadió.

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Share This Article