Octubre en la LVBP: el más consistente, la sorpresa y decepción hasta ahora

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Prensa Cardenales
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La Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) cerrará este martes el calendario de octubre con el segundo choque entre los «Eternos Rivales» del béisbol nacional, cuando los Leones del Caracas reciban nuevamente a los Navegantes del Magallanes en el Estadio Monumental Simón Bolívar de la capital. El primer careo entre ambos conjuntos en esta campaña, también en La Rinconada, fue, quizás, el más destacado de este mes en el circuito, tomando en cuenta distintos factores como la asistencia de público, la magnitud de la rivalidad y, por supuesto, la calidad del juego como tal.

Y así como es posible identificar el desafío más llamativo en estos primeros 10 días del torneo, también podemos hacerlo con la divisa revelación hasta los momentos. Esa chapa le pertenece, indudablemente, a las Águilas del Zulia. Un año después de haber quedado en el último lugar de la tabla de posiciones con un récord de 21-35 y de haber sucumbido en siete de sus últimos 10 choques de la ronda regular, resultaba difícil pronosticar qué tanto podía mejorar el combinado rapaz rumbo a este campeonato.

Para complicar todavía más el panorama para los zulianos, Pat Listach, quien había sido contratado como el mánager de la novena para esta 2023-2024, declinó venir a última hora por motivos personales y la directiva del equipo le dio el voto de confianza a Néstor Corredor para tomar el mando. Con lo que se ha visto hasta los momentos, quizás haya sido lo mejor que le pudo pasar a las Águilas, que llegaron a la jornada de este 31 de octubre en la LVBP con récord de 5-3, en el segundo puesto de la tabla junto con los Leones, y como el escuadrón con la tercera mejor efectividad colectiva (4.14) del circuito.

Con ritmo habitual

Los Cardenales de Lara se han convertido en, quizás, el conjunto más consistente de toda la LVBP en los últimos años. La tropa crepuscular asistió a cinco finales de forma consecutiva entre la 2016-2017 y la 2020-2021, ganando dos de ellas, y a pesar de haberse quedado corta de lograrlo en los más recientes dos torneos, en ambos terminó la fase regular del certamen entre los dos equipos con mejor récord.

Por ahora en la 2023-2024, todo parece indicar que la consistencia de los pájaros rojos no irá a ningún lado. Ahora bajo el mando de Henry Blanco, quien comandó a los Tiburones de La Guaira en la zafra anterior, los larenses registraban balance de 6-2, el mejor de toda la liga antes de la jornada de este martes, mostrando solvencia tanto en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto (récord de 3-1), como también en la carretera (3-1).

Ha sido difícil encontrar alguna debilidad en el núcleo de los Cardenales, que en sus primeros ocho juegos de la temporada exhibieron la mejor efectividad colectiva (2.61) entre los ocho conjuntos que conforman la LVBP, pero también eran dueños del tercer mejor promedio de bateo general (.304). La artillería de los Cardenales no necesariamente ha sido ejemplo de poder hasta ahora, tal como lo demuestran sus apenas cuatro cuadrangulares (tercera cifra más baja del torneo), pero han hecho lo suficiente para conseguir llevar corredores a la goma (47 empujadas, segundo mejor).

En deuda en la LVBP

Luego de una campaña que los llevó al sexto juego de la gran final, los Tiburones llegaron al vigente campeonato con un nuevo dirigente (Edgardo Alfonzo), varios coaches nuevos, con otra voz de mando en las oficinas y con un remodelado clubhouse en el Estadio Universitario. Más importante todavía, La Guaira se presentó al primer día de la campaña con una de las plantillas más temibles de la liga, por lo menos en el papel.

Figuras de la talla de Oswaldo y Leobaldo Cabrera, Franklin Barreto, Francisco Arcia, Sebastián Rivero, Danry Vásquez y Wilson García estaban inscritos en el roster salado desde el mismo 21 de octubre, mientras que otro ligamayorista como Ehire Adrianza se sumó a la causa solo un par de días después.

La gran duda para los litoralenses parecía estar en su pitcheo, que desafortunadamente para ellos, ha tenido un bajo rendimiento en estas primeras de cambio, con una efectividad colectiva de 6.11 que era penúltima en la LVBP.

Sin embargo, la mayor sorpresa ha sido el flojo desempeño de una ofensiva que se supone es la fortaleza principal del combinado. Tiburones era solo uno de tres equipos (Caribes y Tigres) que no llegaban a las 100 bases alcanzadas antes de este martes y los cinco dobles conectados por la artillería escuala eran la menor cantidad en todo el circuito.

La Guaira (3-4, quinto en la global) se ubicaba a mitad de tabla en departamentos como promedio ofensivo, OPS y empujadas, pero necesitará de mucho más en las semanas venideras para compensar el trabajo de un cuerpo de lanzadores que, aunque espera refuerzos, sigue siendo una incógnita en el futuro cercano.

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