Después de lograr la primera clasificación en su historia a los Juegos Panamericanos, la Vinotinto Femenina presuntamente no asistiría al torneo perteneciente al ciclo olímpico por decisión de la Federación Venezolana de Fútbol.
Así lo informó el periodista, Esteban Rojas, en sus redes sociales, citando fuentes internas de Panam Sports, Comité Olímpico Venezolano y el propio ente federativo que aún no se ha pronunciado al respecto.
Sin embargo, esto encendió las alarmas de propios y extraños por lo que supondría: cerrarle la puerta en la cara a una vitrina importantísima para exponer a las jugadoras, sumar minutos de trabajo para el ciclo de Pamela Conti y darse de baja en el considerado mayor evento deportivo internacional multidisciplinario en el que participan atletas de América. Dicho de otra manera, el segundo más importante tras los Juegos Olímpicos.
En un país donde el fútbol femenino tiene tan pocas oportunidades de competir, este rechazo parece inexplicable, pese a que la versión de las fuentes mencionadas anteriormente sea la “dificultad para armar un equipo”. El propio Rojas, junto con su colega, Alfredo Coronis en Conexión Goleadora, descartaron que se tratara de un “boicot” o “rebelión” por lo sucedido con la entrenadora italiana semanas atrás con Sonia O’Neill y compañía.
Las universidades y clubes no habrían cedido a las jugadoras con las que querían contar, pero es innegable que el universo de futbolistas venezolanas es amplio. Según Coronis, no consiguieron aquellas que tuviesen “rol de selección”, pero optar por darle rodaje a juveniles no era insensato.
Para Carlos Celis, que por nueve años integró la selección venezolana de fútbol femenino en roles como periodista y videoanalista, esta ausencia representa una “decepción histórica”.
“Sobre la planificación y preparación, sé que se ha trabajado con anticipación (…) por ahí le doy el espaldarazo al cuerpo técnico de que no es su responsabilidad de que otros no presten a las jugadoras. Eso sí, no significa que hay que cancelar una gira y tirar por la borda una clasificación histórica a un evento de tal magnitud. A todos los que estamos involucrados en el fútbol femenino nos pesa”, relata.
En especial, porque hay otros países que están en el mismo dilema que tiene Venezuela. Al no ser fecha FIFA en todo el tramo del torneo, muchos están optando por darle oportunidades a futbolistas jóvenes, lo que deja la sensación de que se pudo hacer más.
En búsqueda de un equipo alternativo
En este sentido, Celis coincide en que se pierde una plataforma de exposición para ellas y hasta la oportunidad de hacer pruebas pensando en el futuro.
“Era el chance de que aquellas que están en un segundo peldaño destacaran, tuvieran una buena presentación y llamaran la atención de equipos de afuera y pudieran irse. Entonces al salir a Europa, entraban más adelante entre las ‘convocables’, pero esa oportunidad se desechó”, agrega el comunicador social.
En Venezuela, el torneo local llamado Liga FUTVE Fem duró apenas dos meses de competición. Es lógico pensar que haya jugadoras que estén fuera de ritmo a estas alturas, pero la FVF queda atrapada en su propia paradoja: de tener un torneo más largo, las futbolistas del patio tendrían más fogueo y minutos para ser el plan B en estas situaciones.
Llevar a jugadoras juveniles, en relación a las de casa, tiene más sentido para Celis, ya que “tendrán competiciones internacionales en la Sub-17 y Sub-20. Van a aspirar a un campeonato mundial. Aunque para las de la Liga FUTVE Fem sería una bonita oportunidad de darles un premio por su rendimiento, no necesariamente iban a seguir en el tramo de la selección nacional más adelante”, a diferencia de las otras que se vislumbran a ser Vinotinto por más años.
“Hay muchas jugadoras para armar un equipo alternativo, eso no lo discute nadie. Si no está disponible la selección A1, puedes llevar una categoría juvenil para prepararla para los próximos juegos Sub-20 o hacer un híbrido entre futbolistas de la mayor y aquellas que no están capacitadas aún, pero puedes ir preparando”, advierte.
El título nunca fue opción para la Vinotinto Femenina
En un grupo que a priori se vio complicado en los Juegos Panamericanos con rivales como Argentina, Costa Rica y Estados Unidos, que la Vinotinto Femenina no haya querido participar podría ser también percibido por razones extradeportivas: el riesgo de imagen que suponen potenciales derrotas para el proceso, acrecentando la crisis y desconexión con el fanático, así como querer evitar exponer a las jugadoras. El miedo al fracaso, sin ni siquiera salir a la cancha.
“No íbamos a aspirar a ganar la medalla de oro, pero sí tener rodaje internacional en el recambio generacional que se busca, darles minutos a algunas jugadoras que no lo han tenido en la categoría absoluta. En todos los ámbitos es un desperdicio, incluso para el cuerpo técnico, que en vista de las recientes vicisitudes era oportunidad para lavar la imagen y mas bien con esto se amplía lo que para muchos podría interpretarse como una crisis”, analiza el experto.
Para él, había que poner los pies sobre la tierra y entender que Venezuela nunca ha pasado de ronda en la Copa América, por lo tanto, en unos Juegos Panamericanos la mentalidad tampoco era el oro, ya que los procesos toman tiempo.
“(Al menos) había jugadoras para asistir, hacer una buena presentación, lavar cara y mejorar lo que se está tratando de insertar con idea para los próximos torneos internacionales», finalizó.