Luis Arráez hará historia en compañía de sus padres

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Foto: @LasMayores
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La cuenta regresiva que convertirá a Luis Arráez en el primer jugador en la historia de las Grandes Ligas en ser campeón de bateo en temporadas consecutivas, en circuitos distintos, oficialmente comenzó. El venezolano recibió el jueves, durante la jornada libre de los Marlins de Miami, a sus padres en el aeropuerto, vestidos de gala para la ocasión. Llegaron a Estados Unidos para ver por primera vez a su hijo en vivo como ligamayorista, en un escenario que estuvo cerca de jamás concretarse.

Muchos mánagers, coaches y hasta instructores personales ha tenido en su carrera el oriundo del barrio Las Flores de Tacarte, en San Felipe, pero ninguno como su padre Ernesto. Fue él, quien siendo Luis derecho de nacimiento, le enseñó a dirigir la bola hacia la banda contraria, cuando el aún niño decidió aprender a batear a la zurda, pegándole a una pelota guindada en un árbol de mango de la familia.

«Le dije: ‘Está bien, si vas a batear a la zurda, dedícate a eso. Le enseñé a atrapar la bola, a fildear antes de que formara parte de una liga, porque cuando íbamos a inscribirlo, el torneo ya había comenzado, así que necesitábamos encontrar tiempo.'», dijo don Ernesto a la periodista Christina De Nicola, en una extraordinaria historia contada en MLB.com. «Yo terminaba de trabajar a las 6 (p.m.), manejando como chofer de autobús, y luego le dedicaba de dos a cuatro horas a la práctica con él después del trabajo».

Así se construyó «La Regadera». Hasta antes de la jornada del viernes, que marcó su regreso luego de dos encuentros ausente por un esguince en el tobillo izquierdo, Arráez tiene un porcentaje de por vida casi idéntico de conexiones hacia la derecha (22.5 %), que hacia la izquierda (23.6%), según los registros de Baseball-Reference.

Un pedido materno hecho realidad para Luis Arráez

En el año 2013, luego de que el hoy estelar ligamayorista estuvo dos meses probándose en la academia de los Mellizos de Minnesota en Bejuma, antes de que le informaran la indisposición de firmarlo al profesional por falta de dinero, hubo una voz en mitad de la frustración que siempre mantuvo la calma y esperanza.

«Había caído en una depresión después de aquello; no quería hacer nada en absoluto. Le dije que iba a firmar, que confiara en Dios que iba a firmar, que confiara en sí mismo», recordó su madre, María. «No había nada que lo animara. Su hermano mayor le llevó una vez al terreno para hablar. No sé exactamente qué hablaron, pero cuando volvió, estaba un poco más contento. Luis dijo que no le importaba mucho el dinero, sino que sólo quería demostrar su talento, que es lo más importante».


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El resto, ha sido una travesía que Luis Arráez parece haberse labrado a contracorriente, en casi todo momento. Hoy, disfruta de las mieles del esfuerzo compartido con sus padres, quienes desde 2017 no le veían jugar en el lugar de los hechos, cuando lo hizo con Navegantes del Magallanes en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

«Trabajé duro para vivir este sueño: traer a mi papá y a mi mamá a Estados Unidos. En nuestra situación (como venezolanos) no es algo sencillo. Pero la MLB y mi agente me ayudaron a hacerlo realidad», expresó Arráez a Fernando Arreaza, para IVC Networks. «Ahora saldré al terreno con la motivación adicional de demostrarle a mis padres de qué estoy hecho, porque ellos se lo merecen. Ellos sin mi ejemplo, y agradezco a Dios por mantenérmelos sanos».

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