José Altuve y Omar López aún escriben una historia sideral, 16 años después

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Foto: Getty Images
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En el transcurrir de una vida, los seres humanos suelen coincidir con personas que se transforman en parteaguas. En no pocas ocasiones, la historia comienza a construirse desde el plano profesional, pero trasciende de tal forma, que es imposible separarla del ámbito personal. La relación entre José Altuve y Omar López grafica uno de esos casos.

López fue el primer mánager en la carrera de Altuve, durante la extinta Venezuelan Summer League, en 2007. Pero incluso antes de dirigirle a lo largo de sus primeros 64 juegos como profesional, el hoy coach de primera base de los Astros de Houston fue uno de los principales responsables de la firma del Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 2017 y dos veces campeón de la Serie Mundial. Fue uno de aquellos que con su terquedad y convencimiento, cambiaron el porvenir colectivo de la franquicia sideral, y también el individual, de aquel menudo bateador que observó en un tryout.

«A veces lo veo (a López) y me recuerda cuando yo tenía 16 años de edad aquella temporada», rememoró Altuve, en una nota de colección del periodista Chandler Rome para The Athletic. » Con frecuencia hablamos de eso, de los peloteros con los que jugamos, los otros coaches, de la liga – que ganamos ese año-. Tenemos muchos recuerdos juntos».

Un niño de 2.000 hits

Pocas personalidades conocen tan bien a José Altuve, dentro y fuera de los terrenos de beisbol, como el técnico carabobeño. Formó parte del grupo de scouts de la organización texana que se empeñó en pactar con el criado en Maracay, a pesar de que casi todas las voces apuntaban en la dirección contraria debido a su estatura.

«Es el mismo chico. Tiene 33 años, pero es un niño. Y sigue jugando como un niño», aseguró López. «Obviamente más maduro, que es lo que debe (ser), pero cuando llega la hora del espectáculo, lo está disfrutando, está feliz».

Quien fuese el piloto de Venezuela en el reciente Clásico Mundial de Beisbol inició en 1999 una trayectoria técnica con Houston que le llevó a ser uno de los primeros que vio a Tuve, en un juego disputado en Barquisimeto, en 2006. Aunque la misión encomendada como veedor del club era seguir a un campocorto llamado Ángel Nieves, él quedó impregnado del talento de aquel pequeño gigante, a quien observó llegar a los 2.000 hits el pasado fin de semana.

El llamado de José Altuve

Contó López a Rome, que cuando Tuve recibió el llamado a la Gran Carpa en 2011, recibió un llamado de su parte. Era para pedirle consejos sobre cómo afrontar su ascenso como ligamayorista. La respuesta fue sencilla: «José, me gustaría poder decirte algo, pero yo nunca jugué en Grandes Ligas. Sólo sé tú mismo, porque eres un gran muchacho».

Esas palabras, y algunas otras que recibió del hombre que fue testigo presencial sobre un terreno de juego de su primer imparable como profesional, y del 2.000, aún acompañan a José Altuve.

«Hay algunas diferencias en el juego en Latinoamérica al venir aquí. Nunca jugamos en la universidad. Venimos de ligas de verano con 16 años», explicó el estelar camarero. «Definitivamente Omar me ayudó en esa transición a conocer las diferencias. Siento que como un chico de 16, 17, 18 años, cometes muchos errores. Me enseñó a jugar de la manera correcta y eso es algo importante en el juego de hoy».

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