A pesar de que los números están al alcance de todos hoy en día, muchas personas todavía no parecen comprender lo brillante que fue la temporada de Andrés Giménez en 2022. El venezolano lució con el bate y con el guante, razón por la que poco antes del inicio de este certamen, los Guardianes de Cleveland lo premiaron con una jugosa extensión de contrato por siete años y 106.5 millones de dólares. Desafortunadamente, la versión que se ha visto del talentoso jugador en estas primeras semanas de la vigente contienda es irreconocible.
Giménez, de 24 años de edad, registró una robusta línea ofensiva de .297/.371/.466, con 26 dobles, tres triples, 17 jonrones, 69 carreras remolcadas y 20 bases robadas en 146 desafíos de la zafra anterior. Mientras tanto, tras sus 46 choques iniciales del actual torneo, el larense apenas ha podido sacudir para .236/.304/.345, con siete conexiones de dos bases, tres bambinazos, nueve fletadas y siete almohadillas estafadas.
El desempeño del criollo en la campaña pasada le permitió recibir su primera invitación al Juego de Estrellas y también su primer Guante de Oro en la segunda base de la Liga Americana, así como lo llevó a terminar sexto en la votación al Jugador Más Valioso. Los fanáticos de los Guardianes esperaban una versión similar o hasta mejor en esta ocasión – quizás con más cuadrangulares – pero lo que han obtenido hasta ahora solo los deja frente a la interrogante de: ¿qué está pasando?
Lo traicionó el «clutch»
Giménez fue un toletero muy productivo en momentos importantes para Cleveland a lo largo de 2022 y dichas cifras suelen ser complejas de repetir. Tuvo un OPS de 1.112 en situaciones de alta presión y uno de 1.205 con dos outs y compañeros en posición de anotar. Asimismo, el nativo de Barquisimeto también marcó un BABIP de .353, que a pesar de que fue ayudado en gran parte por la velocidad del venezolano, de igual forma lucía poco probable de repetir.
Esas estadísticas han colapsado hasta ahora. Giménez sostiene un BABIP de .266 este año y un OPS de .558 en situaciones consideradas de alta presión. En pocas palabras, el paleador no está consiguiendo los hits importantes como lo hizo el año pasado y si bien eso puede resultar doloroso para la organización, está lejos de ser lo más preocupante del caso.
Durante la contienda anterior, Giménez castigaba con fuerza los pitcheos de poca velocidad, con un promedio de .391 y un porcentaje de slugging de .667 ante los cambios. En general, el camarero respondió bien ante cualquier tipo de envío, pero cuando se trataba de los de baja velocidad, su éxito alcanzaba niveles mayores.
Los lanzadores contrarios le han realizado ese tipo de lanzamientos con menos frecuencia que en 2022 (10.3% de las veces en comparación a 11.7% en la contienda pasada), pero lo alarmante es que el toletero de los Guardianes está ligando apenas para un average de .053 frente a ellos, con el mismo slugging.
¿Víctima de las reglas?
Para profundizar más en el tema, el exprospecto está haciendo swings fallidos contra pitcheos lentos a un ritmo del 29.7%, la marca más elevada para él ante cualquier pitcheo, mientras que el año pasado registró una tasa de 26.5%.
Es posible que una de las razones para las fallas de Giménez en esta temporada esté ligada al nuevo ritmo del juego. Según Baseball Savant, el criollo promedió 19.1 segundos en tiempo de pitcheos (el tiempo en el que el lanzador realiza dos envíos), lo que colocó al infielder en el rango promedio entre los bateadores. Sin embargo, ese número bajó a 14.2 segundos este año y está posicionado como el décimo cuarto más rápido en las Grandes Ligas.
La esperanza de la directiva y de la afición de Cleveland está en que Giménez pueda encontrar el camino de vuelta a la versión de 2022; de lo contrario, lo que hasta ahora ha sido un inicio de temporada decepcionante para el club, podría convertirse en un año interminable.