Venezuela: ¿se celebra la medalla de plata en baloncesto?

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La selección masculina de baloncesto de Venezuela se colgó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Es decir, ¿perdió la final? Sí. Entonces, ¿se celebra la medalla de plata o se “sufre” por la derrota?

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En una época en la que el éxito y el fracaso está en la boca de todos, es difícil darle el justo reconocimiento a los logros de un deportista o conjunto, mucho más a civiles. Analizar un juego o distintas situaciones viene precedido siempre por un prejuicio, entiéndase las valoraciones y conocimientos de quien escribe. Este texto no será la excepción.

Siendo fríos y sin mostrar empatía, pocos daban a Venezuela como medallista en baloncesto para esta edición panamericana. El entrenador Daniel Seoane en su primer encuentro con los medios lo fijó como objetivo.

“Nuestro objetivo es competir por medallas en los Panamericanos. Nos estamos preparando para eso y contamos con los jugadores para lograrlo. Luego el baloncesto es un juego y puede pasar cualquier cosa, pero nuestra meta es ser medallistas”, espetó Seoane.

Continuando con el primer punto, la derrota de Venezuela frente a Argentina fue un duro mazazo para todos. Se podrá argumentar que se perdió en tiempo extra, pero la verdad es que hubo muchos minutos de los 45 disputados en aquella mañana en Santiago de Chile, en los que la selección nacional no se vio nada bien. 

De hecho, en el juego contra República Dominicana sucedió algo similar, lo que cambió fue el rival y, con él, las decisiones en el último instante. 

La fase de grupos

Venezuela perdió con Argentina en tiempo extra y venció a los caribeños en ‘overtime’ luego de remar en la segunda parte del compromiso. En ambos partidos los últimos cuartos de los criollos fueron asombrosos.

Ahora bien, no se puede dejar de mencionar que Edwin Mijares le dio la oportunidad a Juan Miguel Suero de que empatara el duelo desde la línea de los tiros libres y este los erró.

El récord era de 1-1 y tocó enfrentar al rival “más sencillo” de la fase de grupos: Panamá. Si se debe elegir un mejor juego y un peor juego de todos los cinco disputados en los Panamericanos, para un servidor el peor fue frente a los panameños.

Y sí, se ganó pero no se jugó para nada bien. Es más, la frustración del cuerpo técnico era notable. A Venezuela le costó más de lo esperado este juego y se despegó al final del partido.

¿Por qué el juego de la final no es el peor? Es un punto que se desarrollará más adelante.

El mejor juego de Venezuela en los Panamericanos

Se avanzó y el oponente era Brasil, selección que llegó a ese cruce con tres victorias corridas. Los cariocas eran candidatos a la medalla de oro, su juego hablaba por sí solo y tenían al mismo entrenador que los hizo rozar la clasificación a cuartos de final de la Copa Mundial de Baloncesto FIBA del presente año.

El reto era enorme y no solo Venezuela estuvo a la altura, llegó a sacar de la cancha a Brasil. Una primera mitad de ensueño y de rendimientos espectaculares en los que la estrategia diseñada por el entrenador Seoane y su cuerpo técnico fue ejecutada casi a la perfección.

Los porcentajes de campo acompañaron y fueron altísimos. Todo lo que podía salir bien, salió bien. Además, el compromiso defensivo mostrado por cada uno de los jugadores fue magnífico. La oportunidad de una vida (ser medallistas panamericanos) estaba pasando por en frente de ellos y no la desaprovecharon.

El final del compromiso fue cerrado, como era de esperarse. Brasil apretó y las decisiones de Venezuela fueron casi siempre afectadas por la excelsa presión defensiva de los cariocas.

Sin embargo, se tuvo el guáramo para mantenerse al frente en el marcador y saber anotar en los momentos clave. Venezuela hizo historia, aseguró medalla y ahora iría por la de oro frente a Argentina.

La final y nada más

La selección albiceleste fue ampliamente superior a la criolla desde el inicio del partido. Mucho más efectiva en porcentajes de tiros de tres y, algo que no aparece en las planillas de estadísticas, acertados en tiempo y forma en las ayudas defensivas.

Los lanzamientos de Venezuela casi siempre fueron muy cerca de un defensor. ¿Problemas de sistema ofensivo? Hay que darle la derecha a una ejecución muy buena de Argentina, que estuvo preparando a estos jugadores desde julio con la meta fija en el título panamericano.

La final de los Juegos Panamericanos Santiago 2023 será anecdótica para la historia del baloncesto venezolano. ¿Por qué? Porque por primera vez se logró un podio en esta cita, más cuando se venía de la última presentación en el Mundial FIBA.

Entonces… ¿Se celebra la plata o se “llora” por no tener el oro?

Sergio Santos Hernández, uno de los mejores entrenadores de la historia del baloncesto argentino y de Latinoamérica, luego de caer a manos de España en la final del Mundial China 2019 tuvo la suficiente calma y sapiencia para declarar que Argentina no había perdido el oro, sino que había ganado la plata.

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En aquel año y hasta no hace mucho, esa frase retumbó en los oídos de muchos. Según distintos pensares, celebró haber perdido porque “ganó la plata”. Para otros fue conformista, “perder la final es un fracaso”. 

Pocos de ellos se dieron a la tarea de analizar toda la frase y lo que hay detrás de ella. Aquella selección argentina no era, ni cerca, parecida a la ‘Generación Dorada’, a pesar de contar con un histórico como Luis Scola o, el mejor base de Europa en ese momento, Facundo Campazzo.

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Estos 12 jugadores argentinos, utilizando una expresión mexicana, se partieron su madre en pro del logro colectivo aunque no estaban proyectados para competir siquiera por podio en el mundial.

Hablando puramente de baloncesto, anularon a Serbia y a Francia antes de llegar a la final. El mundo del basketball se rindió a ellos por la ejecución magistral de lo que significa un equipo en busca de un objetivo. ¿Ahora se entiende por qué ganaron la plata?

¿Y entonces Venezuela qué?

La medalla de plata se celebra, por supuesto que sí. Se aplaude y se rinde homenaje a quienes lo hicieron posible. ¿Alegra haber perdido la final? Claro que no, pero eso no puede tapar el contexto descrito.

El nuevo ciclo de la selección nacional masculina de Venezuela de mayores inició de la mejor manera posible, una medalla panamericana. No se puede ser tan inmediatista para no ver más allá del ombligo, como dijo Rubén Magnano en su momento.

Queda trabajo por hacer, por corregir y esto lo saben de primera mano los jugadores, cuerpo técnico y el presidente de la FVB. Pero se comenzó de increíble forma y como es mejor, ganando.

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