UFC 293 alzó su prestigio con la sorpresa del año

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Prensa UFC
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UFC celebró este pasado sábado el que se presentó como uno de sus eventos numerados menos llamativos del año. Desde Sídney, Australia, la empresa presidida por Dana White se la jugó con un evento estelar que, si bien estaba protagonizado por el siempre popular Israel Adesanya, en una nueva pelea por el título de la división de peso medio, contaba con un retador sin credenciales espectaculares y muy desfavorecido en las apuestas. Pero el deporte de mayor crecimiento en los últimos años volvió a demostrar exactamente la razón para ello, con un cierre que terminó como la mayor sorpresa de todo el 2023.

Sean Strickland ingresó al octágono con una actitud distinta a la que había mostrado en los días previos a la cita e incluso durante gran parte de su carrera. Sereno, enfocado y sin sonrisas burlistas, el norteamericano espero la llegada del «Style Bender» y comenzó a desplegar una estrategia a la que el neozelandés jamás pudo adaptarse. «Tarzán» estuvo a punto de finalizar el combate en el mismo primer asalto, con un derechazo que derribó a Adesanya y una ráfaga de puños posteriores que amenazaron con dejar inconsciente al entonces campeón.

Al final, fiel a la gallardía que lo ha llevado a convertirse en uno de los mejores peleadores de peso medio en la historia de la UFC, el gladiador de raíces africanas logró sobrevivir la embestida y alcanzó el primer descanso entre rounds. Para la inmensa mayoría presente y los millones viendo desde sus hogares, todo parecía indicar que Strickland había desperdiciado su gran oportunidad para dejar boquiabierto al mundo de las artes marciales mixtas y que ahora Adesanya comenzaría a ejecutar la pelea que todos esperaban. Era cuestión de tiempo, decían.

Impecable defensa

Por momentos, Adesanya lograba sumar puntos en las tarjetas y establecer su ritmo habitual; sin embargo, la presión constante de Strickland nunca le permitió al expeleador de kickboxing sentirse cómodo en el octágono. Después de ser noqueado violentamente a manos de Alex Pereira cuatro combates antes, la capacidad del norteamericano de defender los golpes de los peleadores élite de la división era muy cuestionada y la posibilidad de que el neozelandés, con el apoyo de la inmensa mayoría del público presente, pudiera finalizar el combate se mantuvo latente durante los 25 minutos del choque.

Pero Strickland no lo permitió. Exhibió, quizás, su mejor desempeño defensivo como peleador profesional y eligió el momento más oportuno para hacerlo. El poco ortodoxo retador no volvió a estar cerca de finalizar a Adesanya durante el combate y tampoco lo necesitó. Se mantuvo fiel a su estrategia, bloqueando los golpes desesperados del monarca y continuó sumando puntos en las tarjetas de los jueces, que al final le entregaron la victoria con una decisión unánime que nadie vio venir.

Strickland no necesitó de su lucha para sorprender al mundo de los deportes de combate. Sencillamente requirió de un enfoque que no tuvo contra Pereira, donde el brasileño pudo romper su habitual defensa de manos bajas para conectar un soberbio gancho de izquierda que llevó al peleador del gimnasio Xtreme Couture a la lona. El elocuente y peculiar retador que llegó en plan de víctima a Sídney se marchó de la jaula más importante del planeta como el tercer campeón distinto que ha tenido la división de peso medio este año.

Por encima del resto

El 2023 ha brindado gigantescas sorpresas, incluso en otras peleas titulares. La primera que puede aparecer en la memoria de muchos es la de Alexa Grasso contra Valentina Shevchenko el pasado mes de marzo. La mexicana, que también llegó en plan de víctima al combate por el cetro de la categoría de peso mosca femenino, dejó sin palabras a todos los presentes con una llave mataleón que apareció tras un error de la kirguistaní en un intento por conectar una patada giratoria.

Y apenas el mes pasado, en una confrontación por el título de peso gallo, Sean O’Malley consiguió lo que para muchos resultaba impensable y conectó uno de sus famosos derechazos al rostro del entonces campeón – y favorito – Aljamain Sterling para finalizarlo en el segundo asalto.

No obstante, es discutible el hecho de que la presentación de Strickland este pasado sábado resultó más sorprendente que ambas. El norteamericano no necesitó de un momento particular en la pelea para capitalizar, como Grasso y O’Malley, sino que apeló a la vía más impresionante de todas. Dominó a Adesanya en su propio juego de striking, sin disminuir la presión por 25 minutos y sin dejar grietas en una defensa impecable que lo llevó a inscribir su nombre en el libro histórico de la UFC.

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