Cuando se habla de los Atléticos de Oakland de 2023, es difícil mencionar objetivos colectivos. En medio de un estricto proceso de reconstrucción que comenzó antes del inicio de la campaña pasada, los «Elefantes Blancos» lucen destinados a perder más de 100 encuentros por segunda contienda corrida; no obstante, como en cualquiera de las 30 organizaciones del mejor béisbol del mundo, siempre hay aspectos positivos y el alto mando californiano espera que Jesús Aguilar sea uno de ellos este año.
El venezolano, que llegó un acuerdo con los A’s por una temporada antes del arranque de la vigente zafra, ha tenido grandes desempeños en su carrera de 10 temporadas en el mejor béisbol del mundo, pero también ha mostrado su lado vulnerable con frecuencia, razón por la que Oakland pudo hacerse de sus servicios por apenas tres millones de dólares en el receso entre contiendas.
Sin embargo, más allá del aspecto económico, Aguilar estaba muy al tanto de que firmar con los Atléticos le ofrecería la oportunidad de jugar todos los días, incluso si su rendimiento no era el mejor en un comienzo. Sin muchas alternativas de peso para reemplazarlo como primera base o bateador designado del combinado, el maracayero gozaría de los turnos suficientes para reimpulsar su valor en el mercado, luego de un pálido 2022 entre Marlins y Orioles.
Un batazo incompleto
Pero eso no quiere decir que Aguilar tenga una mentalidad individualista en esta temporada. Un claro ejemplo de ello se presentó en la jornada de este pasado miércoles, cuando el criollo sacudió su primer cuadrangular del actual torneo, en lo que terminó como otra derrota para los Atléticos.
El batazo no fue intrascendente en su momento. Con Oakland abajo en el marcador por tres carreras en el octavo episodio ante los Guardianes de Cleveland, Aguilar ingresó al cajón de bateo con un par de corredores en circulación y de inmediato se sumergió en una verdadera batalla contra el relevista Tim Herrin.
Después de sacudir su séptimo foul del turno, en el décimo segundo envío del duelo, el All-Star en 2018 conectó un slider que se quedó alto en la zona y lo desapareció por el jardín izquierdo a una velocidad de 100.3 millas por hora para igualar las acciones.
«No importa. No ganamos, así que no me importa«, aseguró Aguilar posteriormente, en declaraciones recogida por el portal oficial del club. «Fue bueno, pero no suficiente. No se trata de mí, sino de ganar juegos como equipo, lo que esperemos podamos comenzar a hacer».
Misión difícil, pero no imposible
Antes de la faena de este viernes, Oakland tenía un registro de 2-4 en la recién inaugura campaña. La gran mayoría de especialistas visualizan a los A’s como el sotanero en una división Oeste de la Liga Americana que cuenta con mucho potencial en equipos como los Astros, Marineros, Angelinos e incluso los Rangers.
De cualquier forma, como un competidor natural y como alguien que ya formó parte de un equipo de los Marlins que ignoró todo tipo de pronósticos negativos rumbo a un regreso a la postemporada en 2020, Aguilar sabe que la última palabra la tendrá el rendimiento de su novena en el terreno de juego.
«No se trata de un solo jugador, sino del trabajo en equipo. Si queremos comenzar a ganar más juegos, tenemos que jugar en colectivo y hacer mejor las cosas«, añadió.
Su mánager, el exjardinero Mark Kotsay, aplaude el deseo del aragüeño por mantener las metas colectivas por encima de las individuales, pero no permitirá que estas últimas pasen por debajo de la mesa. En especial cuando se trata de momentos tan particulares como ese turno del miércoles.
«Es uno de los mejores turnos que he visto en mucho tiempo«, admitió Kotsay. «Fue increíble. Podías darte cuenta de que estaba más enfocado en cada pitcheo. Nos metió en el juego con un solo swing. Fue un gran turno».