El camino de vuelta: Yonathan Daza progresa, reflexiona y aprende

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Prensa Rockies
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Yonathan Daza tuvo dos temporadas consecutivas con más de 100 juegos disputados con los Rockies de Colorado en 2021 y 2022. Ambas campañas vieron al jardinero venezolano conectar para promedios superiores a los .280 puntos, incluyendo un año pasado en el que finalizó por encima del potro de los .300 (.301). En múltiples oportunidades, el mánager Bud Black destacó la mejoría que había mostrado el jugador desde su debut en las Grandes Ligas en 2019, cuando las cosas no salieron ni cerca de bien. Sin embargo, el bajo número de extrabases ponía un signo de interrogación sobre la permanencia a largo plazo del toletero con el equipo grande.

En 2023, Daza registró un sólido spring training y volvió a colarse en el roster del día inaugural para los púrpuras. En 24 desafíos, su promedio de bateo se mantuvo en el rango de lo respetable con .270, pero entre sus 20 hits, solo seis – todos dobles – fueron extrabases. Con un OPS de .655, el más bajo para él en sus últimas tres zafras en el máximo escenario, los Rockies tomaron la decisión de colocar al criollo en asignación a comienzos de mayo. Más allá del poco poder, la medida fue algo sorpresiva tomando en cuenta que la buena defensa en las tres posiciones de los jardines y un brazo potente también formaban parte del arsenal del aragüeño.

«Fue muy difícil. Obvio era algo que no me esperaba, que nadie en la organización se esperaba«, aseguró Daza en una conversación con Sello Deportivo este jueves. «Creo que fue una decisión que tomaron a último momento. Mis compañeros, mi familia y todos los cercanos a mí se sorprendieron con la decisión, porque no estaba jugando mal. Estaba bateando para .270 y había tenido un spring training muy bueno, en el que lideré muchos departamentos. Pero al final del día uno es un profesional, pasa por cosas, las supera y lo más importante es lo que viene».

Una pesadilla más

Luego de que no fuera reclamado por ninguna organización en «waivers», Daza se mantuvo en la organización y fue asignado a la sucursal Triple A; no obstante, un mes y medio después, el guardabosques sufrió una lesión en el hombro izquierdo que necesitó de cirugía, lo que le puso punto final a su temporada. Desde entonces, el de «Cañaña» no ha recibido el visto bueno para retornar al terreno.

«Ha sido una recuperación bastante larga. Pero le doy gracias a Dios por todo lo que me pasa», indicó. «Obvio nadie quiere esto, pero todo es una enseñanza y he aprendido mucho de este tiempo sin poder jugar. Le doy gracias a mi familia y a mi esposa porque me han brindado toda la ayuda para afrontar esto que estoy pasando. Y estoy contento por lo que sigue, porque me estoy sintiendo muy, muy bien«, añadió.

Justo cuando el calendario empieza a asomar en sus páginas la mitad de año desde el procedimiento quirúrgico, Daza, de 29 años de edad, ha comenzado a recibir las noticias que más anhelaba. Su regreso al terreno de juego antes de que finalice el año es todo menos una garantía, pero poco a poco la ilusión de estar al 100% de sus condiciones físicas en las próximas semanas comienza a crecer.

«Me siento bastante bien. No diría un porcentaje exacto en el que estoy, pero esta semana me dieron permiso para comenzar a trabajar en el gimnasio. El siguiente paso es seguir fortaleciéndome. Tengo que empezar a hacer swing, a soltar y tratar de poder regresar para diciembre, si Dios lo permite», contó.

LVBP ilusiona a Daza, pero no es un hecho

Rumbo a la presente temporada invernal, el gerente general de los Tiburones de La Guaira, César Collins, pudo reunirse con Daza cuando todavía se encontraba en los Estados Unidos y expresó su deseo de que el jardinero pudiera uniformarse con el combinado, siempre y cuando los tiempos fueran correctos con su rehabilitación.

El grandeliga no juega en Venezuela desde la campaña 2018-2019, cuando disputó un total de 24 desafíos. Retornar a la cueva de los litoralenses sería una gran recompensa para el arduo trabajo que ha realizado Daza en los últimos meses, pero el pelotero sabe que comprometerse no sería correcto, con la divisa, con su fanaticada y hasta con su mismo cuerpo.

«Si Dios lo permite sí me voy a uniformar, siempre y cuando mi salud esté al 100%«, comentó. «Porque soy muy competitivo. Quiero llegar y estar listo para poder brindarle un buen espectáculo a todos esos fanáticos».

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