Hablar de la carrera de Novak Djokovic y no hablar del Abierto de Australia resulta casi imposible. Las canchas del Melbourne Park han visto la evolución del qué, para muchos es el mejor tenista de la historia, y para otros menos creyentes, “simplemente” el más ganador de la historia.
En la mañana de este viernes, vimos como uno de los tenistas de la llamada nueva generación, destrozó las opciones del serbio de conseguir su Grand Slam número 11 en suelo aussie.
No fue el día de Djokovic, ya venía presentando problemas abdominales, sumado al inclemente sol australiano, por lo que el propio tenista reconoció que fue uno de los partidos con más bajo desempeño ha tenido. «Estaba en shock con mi nivel, no estaba haciendo muchas cosas como tocaba. Es uno de los peores partidos en Grand Slam de mi carrera. Quiero darle crédito a él por hacerlo todo mejor que yo».
Y es que antes de la noche de Sinner, Novak tenía una racha de 33 partidos seguidos ganando en el primer Grand Slam de temporada, lo que se traduce en casi cinco torneos consecutivos llevándose la corona a casa.
Djokovic y el 2195
La última derrota en Australia fue hace 2195 días, el 22 de enero frente al coreano Hyeon Chung. Y no perdía en semifinales de un Grand Slam desde el 2019, cuando perdió contra Dominic Thiem en Roland Garros.
Resulta increíble que este demoledor dato se repita con la actuación de Carlos Alcaráz en 2023, que en ese entonces, derrotó a Djokovic en la final de Wimbledon y el serbio llevaba 2195 días invicto en ese Grand Slam.
Al final del día es una simple derrota para el serbio, pero también demuestra que hasta los mejores son humanos.
Mucho se habló al cierre de 2023 de un posible Golden Slam de Novak Djokovic visto la dominancia que tenía el serbio, y ya en enero este objetivo se vió truncado.
Ahora toca esperar ver si consigue la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, una de las pocas cosas que le falta conquistar. De todas formas todavía nos queda mucho Djokovic para ver y disfrutar.
Por lo pronto, tendremos una final sin Djokovic. Y Australia tendrá un ganador distinto luego de 10 años de hegemonía del Big Three.
Que gane el mejor entre Jannik Sinner y Daniil Medvédev.
