El próximo 20 de enero se dará inicio al preolímpico disputado entre Caracas, Valencia y Barquisimeto, donde la Vinotinto Sub-23 buscará su pase a París 2024 midiéndose a las otras nueve selecciones que pertenecen a Conmebol.
A cargo de este grupo se encuentra Ricardo Valiño, a quien se le agradece y reconoce lo que hizo con la Sub-17, consiguiendo la clasificación al Mundial de la categoría y posteriormente, disputar el torneo internacional puliendo a una camada muy prometedora.
Ahora es el turno de la selección preolímpica, que tiene meses preparándose desde su designación en marzo de 2023, entre lo que se incluye la participación en el torneo Maurice Revello en Francia, giras de entrenamientos en España, Miami, Margarita y en Argentina, donde se enfrentó dos veces a la selección de ese país y también se hizo lo propio ante Colombia recientemente.
La Vinotinto Sub-23 está llamada a competir
Designada en el grupo A de la competición con Brasil, Ecuador, Colombia y Bolivia como rivales, es bien sabido que la Vinotinto Sub-23 tendrá duros rivales. Un grande del continente y uno de los formadores más interesantes de los últimos años estarán en su camino, mientras que en el otro grupo está la Uruguay campeona del Mundial Sub-20 y el otro rival a vencer, Argentina.
Por tanto, es evidente que el favoritismo no le acompaña y que será muy complicado poder ir a los Juegos Olímpicos. Es indiscutible que la generación criolla es muy talentosa y se les ha destinado una buena preparación, no obstante, hay que saber reconocer cuando los rivales son superiores.
Por el formato de la competición, se disputará una fase regular de dos grupos con cinco equipos cada uno. Avanzarán los dos mejores de cada uno de ellos y luego entrarán en un cuadrangular, a un solo partido, que definirá los clasificados en el estadio Metropolitano de Cabudare, que será el escenario que albergue la fase final.
“El torneo tiene una particularidad y es que al no ser fecha FIFA, los clubes no están obligados a ceder a los futbolistas. Estamos haciendo un trabajo en comunión con el cuerpo técnico que encabeza Fernando Batista en la absoluta de ir viendo qué jugadores realmente puedan venir, acorde a las ligas donde están, si están en competencia o no. Por ejemplo, es más fácil para los que juegan en Estados Unidos o Ucrania que se detienen”, explicó Valiño a La Vinotinto TV sobre otro de los desafíos que han tenido que sortear.
Esto no es algo exclusivo que padece Venezuela, pues otras selecciones se encuentran en situaciones similares, lo que podría abrirles las puertas a algunos ‘chamos’ de la Sub-17 para mostrar su talento.
La falta de continuidad y lesiones recientes de algunos de los integrantes de esta camada ciernen dudas sobre lo que veremos en el campo, por lo que particularmente creo que se puede aspirar a avanzar de ronda y, sobre todo, ser competitivos con un buen juego, independientemente de que no se amarre la clasificación. Haciendo las matemáticas de Brasil en el primer lugar del grupo A, Ecuador sería el contrincante al cual apuntar.
“Es un reto muy lindo por el momento que vive el fútbol venezolano. El hecho de que la absoluta esté en el cuarto lugar en Eliminatorias, poder jugar la Copa América en 2024 y tener una camada de jugadores que pueden ser protagonistas. Que el torneo se juegue acá (nos da un plus porque) permite enamorar a la gente para que venga al estadio a apoyarnos”, agregó.
Más importante aún será lo que suceda con esta generación una vez se llegue al 11 de febrero de 2024 y se definan los clasificados. Aunque la Vinotinto Sub-23 participe en París o no, la idea es que protagonicen en los próximos años el recambio generacional para la absoluta. Darles seguimiento, asesoría y continuidad será clave para no repetir errores del pasado.