Vicente Luque era un ganador por el simple hecho de volver a ingresar al octágono de la UFC. Este pasado sábado por la noche, en el evento estelar de «UFC Vegas 78» desde el APEX, el brasileño hizo su retorno a la máxima empresa de artes marciales mixtas del mundo después de un año de ausencia. Venía de sufrir dos derrotas de formas consecutiva, incluyendo la última de ellas por nocaut ante Geoff Neal, pero el motivo de su separación de la actividad por tanto tiempo no estuvo ligado solamente a recargar baterías y hacer ajustes en su juego.
Luque, 31 años de edad, fue diagnosticado con una hemorragia cerebral el año pasado que puso en peligro su carrera y su vida. La noticia llegó justo después de su derrota contra Neal el 6 de agosto del 2022 y el sudamericano admitió que la recomendación de los doctores en un inicio era que no volviera a poner un pie en el octágono. El «Asesino Silencioso» desafió todo tipo de pronóstico y no solo hizo su retorno a la UFC, sino que consiguió la victoria ante un excampeón como su compatriota Rafael dos Anjos, a quien venció por decisión unánime en un combate en el que consiguió ocho derribos, la mayor cantidad en su carrera.
«Soy un tipo frío, pero puedo decir que estoy muy emocional en este momento«, indicó el peleador posteriormente. «Regresé más fuerte que nunca. Derroté a un excampeón en su propio juego. Para mí, es un milagro estar aquí. Muchas personas saben lo que me ocurrió hace un año. Nunca le temí a nada, pero tuve temor de no volver a hacer esto», agregó.
Dos peleas en una:
Además de la dificultad de enfrentar a uno de los peleadores brasileños más grandes de los últimos tiempos en dos Anjos, Luque también tuvo que lidiar con el temor de no ser golpeado en la cabeza, debido a su grave lesión. El contendiente admitió que durante el primero de los cinco asaltos de su pelea fue complicado mantener el enfoque en su oponente, pues el óxido de tener un año sin competir siempre puede pasar factura.
All respect to these two after going all 5 rounds 👏 #UFCVegas78 pic.twitter.com/ff9u3eAIkb
— UFC (@ufc) August 13, 2023«En el primer round tuve miedo de ser golpeado. Había pasado un año sin pelear y no sabía cómo iba a reaccionar. Ahora voy a mejorar, estudiar esto y continuar avanzando», señaló.
Con la victoria, el récord de Luque mejoró a 22-9-1 y en la rueda de prensa posterior a su combate se pudo observar la confianza que había ganado de forma inmediata, al punto de que llegó a retar a Dustin Poirier, un exmonarca interino de la categoría de peso ligero que sufrió una derrota por nocaut hace algunas semanas antes Justin Gaethje y que asomó la posibilidad de subir a la división de peso wélter.
Frutos de un lento progreso:
En su recuperación de la hemorragia cerebral, Luque no pudo hacer ejercicios por un mes. Poco después de eso comenzó a correr y a asistir al gimnasio, antes de incorporar dinámicas de grapplling y striking. En general, le tomó seis meses al brasileño comenzar a realizar sparring nuevamente.
Pero la primera gran prueba ha sido superada con una sólida calificación por parte del talentoso peleador, que tiene en su registro victorias ante el excampeón Tyron Woodley y sobre contendientes de renombre como Michael Chiesa y Belal Muhammad.
Luque, una vez más con miras al título que tiene en su poder actualmente el británico/jamaiquino Leon Edwards, aseguró sentirse «bendecido» de todavía poder competir. Los fanáticos, por su lado, aplauden el regreso de uno de los gladiadores más entretenidos de la división de peso wélter.