La evolución de Thairo Estrada durante las recientes tres temporadas ha sido una de las más gratas noticias del contingente venezolano en Grandes Ligas. Tras ser cambiado por dinero en efectivo desde los Yanquis de Nueva York en 2021, por no tener sitio en la organización, el infielder ahora disfruta el presente como segunda base titular de los Gigantes de San Francisco, con su coterráneo Wilmer Flores en rol de mentor.
Estrada terminó su primera campaña en la franquicia colosa como utility, luego de brillar con el madero en Triple A con la sucursal de Sacramento. En 2022 llegó al Entrenamiento Primaveral con el objetivo de ganarse un lugar en el roster del Día Inaugural y no sólo lo logró, sino también obtuvo el puesto como intermedista diario por la lesión de Tommy La Estella. Disputó 140 juegos, 27 más que los acumulados en sus tres ruedos previos como ligamayorista; e inició el 2023 con un frenético ritmo, para intentar dejar claro que lo ocurrido en el certamen anterior no fue un hecho fortuito. Durante todo ese proceso de desarrollo le acompañó Flores.
«Es como mi hermano mayor. Él tiene una cosa que me gustaría tener, o que cualquiera desearía tener», dijo Estrada a The Mercury News sobre su relación con Flores, que en 2022 fue votado por sus compañeros como el ganador del premio Willie McCovey, un galardón entregado al jugador que mejor ejemplifique los valores de liderazgo y respeto en el equipo californiano. «Es un líder, no sólo por venir y demostrar que es un líder y hablar alto. No. Es un líder silencioso que hace que te guste y que quieras imitar lo que hace en el campo».
La cercanía entre los peloteros se estrechó aún más durante el último invierno. Los dos son nacidos en Carabobo, Estrada es oriundo de Bejuma y Flores de Valencia, a unos 40 minutos de distancia entre ambas ciudades. En el transcurso de la temporada muerta entrenaron juntos en la capital carabobeña a lo largo de dos meses, primero en un gimnasio local y luego en la casa de Flores, que ahora queda a sólo 10 minutos del nuevo hogar de Estrada.
«Me recuerda a mí cuando era novato. Siempre bromeo con él para que se relaje. Creo que soy el único con el que bromea. Con todos los demás, está tranquilo. Muy serio», expresó Flores. «Fue increíble (la rutina de prácticas entre ambos) . Sobre todo porque estamos en el mismo equipo y siempre podemos hablar básicamente de béisbol. Cómo podemos mejorar».
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Thairo Estrada, por el 20-20
La contienda pasada, el bejumero se convirtió en el primer bateador de los Gigantes en conectar al menos 14 jonrones y robar 20 almohadillas desde que lo hiciera Hunter Pence en 2013. Sin embargo, para esta zafra, apunta a una meta mayor: el 20-20. De lograrlo, sería el primer infielder de la escuadra en hacerlo desde Orlando Cepeda, en 1959.
«No estoy al tanto de todas esas conversaciones», confesó el mánager Gabe Kapler sobre las charlas entre Estrada y Flores, «Pero he oído lo suficiente sobre ellas y he llegado a conocer a Wilmer lo suficiente como para saber que ha tenido una gran influencia sobre Estrada. Es un perfecto modelo a seguir».
Además de mantenerse en forma de manera conjunta durante el receso invernal, los criollos aprovecharon el tiempo para compartir tiempo en conjunto con sus respectivas familias. Aunque Flores con sus 11 campañas tiene mayor experiencia en la Gran Carpa, Estrada, con sus dos hijos, tiene más consejos que darle al valenciano en ese aspecto de la vida, donde apenas tuvo a su primogénito en los meses recientes.
«No sólo fue una gran experiencia entrenar junto, sino también construir esa relación fuera del béisbol», admitió Estrada. «Es un gran honor porque es un compatriota de Venezuela. ¿Qué más puedo pedir? Es ese líder tranquilo que todo el mundo quiere que sea su amigo».