Es difícil pensar en debilidades defensivas cuando Salvador Pérez tiene cinco Guantes de Oro para exhibir en sus vitrinas. El venezolano ha sido reconocido como uno de los mejores receptores de los últimos años en las mayores, en especial por su liderazgo y conducción de los lanzadores, pero también por comandar algunas de las principales estadísticas para caretas.
Pérez, de 32 años de edad, realizó apenas tres errores defensivos durante la contienda pasada, lo que le permitió ubicase entre los mejores 10 máscaras con por lo menos 500 entradas recibidas detrás del plato en todo el béisbol. Además, dentro de ese mismo grupo, Pérez fue al que menos bases le robaron (19), junto con Kyle Higashioka de los Yanquis de Nueva York.
Sin embargo, hubo una estadística en particular que reflejó serias deficiencias de Pérez. Y desafortunadamente para el siete veces invitado al Juego de Estrellas, es una de las herramientas más utilizadas en la actualidad para evaluar el desempeño de un receptor.
El arte de «robar» strikes
Se trata del famoso «framing» o mascoteo. Allí, Pérez se posicionó entre los cinco peores de toda la gran carpa el año pasado. Mientras el líder en carreras con mascoteo fue José Trevino, de los Yanquis, con 17, el criollo marcó -8 en el mismo renglón. Asimismo, «Salvy» sostuvo un rango de strikes del 43%, también entre los cinco peores del béisbol en 2022.
«Sé que tengo muchos Guantes de Oro, pero todavía estoy aprendiendo«, le admitió Pérez a MLB.com durante la primera semana de los entrenamientos primaverales de los Reales.
Con miras a poder ayudarlo, Kansas City contrató a Paul Hoover como coach de banca, pero también le asignó la responsabilidad de monitorear a los caretas del club. Después de todo, el instructor es bien conocido por su trabajo previo con los receptores de los Rays en el mascoteo.
«Él tiene muchas cosas buenas para ofrecerme que pienso que van a ayudarme en la receptoría», aseguró el carabobeño. «Simplemente pequeñas cosas. Tratar de moverme hacia adelante un poco. Estaba muy detrás del plato. Así que solo cosas chicas cosa esa»
A pesar de que puede parecer un cambio minúsculo, Pérez confía en que el ajuste terminará arrojando resultados que llevarán su defensa a un nivel todavía más elevado.
«Creo que ayuda con el movimiento tardío (de los pitcheos), cuando los muchachos lanzan sinkers, curvas o sliders. Pienso que va a ayudarme y también a los pitchers, para que puedan obtener más strikes«, agregó.
Un amargo adiós para Pérez
Pero como muchas bienvenidas, se producen luego de algunas despedidas. En este caso, además de ayudar a Pérez con ese punto en particular, los Reales también se vieron en la necesidad de contratar a Hoover luego de que Pedro Grifol, quien sirvió por varios años como coach e instructor de receptores en la organización, se marchara para poder fungir como nuevo mánager de los rivales divisionales, Medias Blancas de Chicago.
«Todos saben de mi relación con Pedro», indicó el venezolano. «Lo amo como si fuera mi padre. Todavía tenemos la misma relación. Es un negocio y lo entiendo. En Kansas City, me enseñó cómo jugar fuerte, cómo competir y eso es lo que vamos a hacer cuando comience la temporada».
Y mientras Pérez trabaja en mejorar su mascoteo durante la primavera, el nuevo estratega de los azules, Matt Quatraro, buscará la formula indicada para sacar provecho de la gran defensiva del valenciano, sin agotar demasiado sus piernas a lo largo de la temporada. Después de todo, Pérez no solo es un baluarte para el club como careta, sino también como bateador.
«Vamos a ser mejores con el jugando más«, comentó Quatraro. «Se trata de ver qué ajuste hacemos para que se mantenga tan saludable como sea posible».