Rockies mantienen la confianza en Harold Castro, pese a un bajo rendimiento

Andres Espinoza
Andres Espinoza
The Associated Press
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Harold Castro llegó a los Rockies de Colorado con un contrato de ligas menores durante los pasados entrenamientos primaverales, luego de ser liberado por los Tigres de Detroit tras la campaña de 2022. El venezolano brindaba la versatilidad defensiva que el alto mando de los púrpuras estaba buscando, con apariciones en cada puesto del diamante – con excepción de la receptoría – a lo largo de su carrera. Asimismo, también probó ser un buen bateador de contacto en sus cinco campañas con los bengalíes, en las que registró una línea ofensiva de .284/.309/.377.

La adquisición cobró mayor importancia cuando Brendan Rodgers, quien estaba previsto a servir como el camarero titular de los Rockies en el vigente certamen, sufrió una lesión en uno de sus hombros en la primavera. La alternativa de tener a un reemplazo como Castro, que pudiera jugar en el centro del terreno (campocorto, segunda base y jardín central) se asomaba coma una bendición para una tropa de Colorado que no le ofreció contrato a Garrett Hampson, quien cumplía anteriormente ese rol de utility, en la temporada muerta.

Desafortunadamente para el caraqueño, su mudanza a Denver también atrajo a su peor temporada como ligamayorista hasta la fecha. Su promedio de .258 antes de la jornada de este jueves, su porcentaje de embasado de .273 y su OPS de .596 eran sus registros más bajos en las Grandes Ligas. Asimismo, su wRC+ de 44 y OPS+ de 53 eran dos de los más pobres de toda la liga. Y si el departamento de fWAR sirve de guía, Castro (-1.4) ha probado ser uno de los peloteros menos valiosos en las mayores este año. Esa marca era la tercera peor para toleteros con 200 o más apariciones al plato en 2023.

Versatilidad con algo de modestia

Del lado defensivo, Castro ha podido ser utilizado como la navaja suiza que visualizaron los Rockies al momento de contratarlo. El «Tren del 23» ha defendido todas las posiciones del diamante, menos la inicial y la receptoría, en la presente zafra. Sin embargo, su contribución no ha sido realmente destacada en ninguna de ellas.

Con solo algunas semanas para la culminación de la temporada regular, que promete llevar a Colorado a su primera contienda de 100 o más derrotas, el criollo ha proporcionado una defensa adecuada, pero no resaltante. La mayoría de su tiempo de juego ha llegado en el segundo cojín, como era de esperarse ante la lesión de Rodgers, y si bien tiene un UZR positivo (1.2), marca «-3» en carreras salvadas a la defensiva.

Para un jugador con la estampa de utility, el trabajo defensivo de Castro puede ser catalogado como aceptable, en especial en las primeras de cambio de la temporada. Pero la necesidad de los Rockies de utilizar al veterano con mayor frecuencia ha dejado al descubierto algunas de sus fallas como pelotero, por lo menos en el máximo nivel.

Una extraña paciencia

A pesar del bajo rendimiento de Castro, los Rockies lo han mantenido en su plantilla. Esto en una campaña en la que la organización se ha despedido de varias piezas, como C.J. Cron, Randal Grichuk y Jurickson Profar. No estaba pautado que Colorado incluyera en alguna transacción al venezolano antes de la fecha límite de cambios, pues la realidad es que los números del jugador no contaban con el atractivo para llamar la atención de otros clubes.

No obstante, algunos aficionados del equipo han quedado sorprendidos con el hecho de que Castro no haya sido colocado en asignación a estas alturas, especialmente cuando se han presentado oportunidades. El martes, los Rockies enviaron a las menores a Michael Toglia y ascendieron a Cole Tucker. Para hacer espacio en el roster de 40 peloteros, la organización puso en asignación al novato Coco Montes. Desprenderse de una pieza joven en lugar de un veterano que ha tenido problemas para producir es un movimiento poco habitual para los conjuntos de las mayores.

Más allá de sus poco alentadores números, con el bate y el guante, Colorado ha mantenido la confianza en Castro. Es como si la directiva sospechara algo que la fanaticada desconoce por completo. Sea cual sea la razón, si el utility termina demostrando en la próxima campaña que el alto mando estuvo siempre en lo correcto al aferrarse a sus servicios, podría ser una de las más grandes muestras de lealtad recompensada en tiempos recientes.

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