Miguel Rojas tiene muchas cosas en las cuales pensar en esta recta final de la temporada. Sus Dodgers de Los Ángeles tienen casi garantizado el título divisional y, por ende, el boleto a la postemporada, pero el venezolano necesita aprovechar este último mes de la ronda regular para demostrarle al mánager Dave Roberts y compañía que el equipo necesitará de sus servicios en octubre, por lo que debe ser incluido en el roster de los playoffs. Sin embargo, esta semana el veterano abrió espacio en su mente – y corazón – para un episodio particularmente especial.
Por primera vez desde su salida de los Marlins de Miami durante la temporada muerta, Rojas y los Dodgers están de visita en el sur de la Florida, donde el mirandino pasó sus ocho campañas previas y se estableció como una especie de capitán no oficial del combinado. El martes, en el primer choque de la serie, los peces rindieron un pequeño homenaje para el paracorto con un video que mostraba algunos de los momentos más importantes del jugador en su estadía con la organización.
«Va a ser una serie emotiva«, indicó Rojas en declaraciones para la prensa norteamericana. «Voy a tener a mucha gente conocida allí. Estoy ansioso por esa serie y por tener la oportunidad de jugar en Miami otra vez«.
Por el camino indicado
En su tiempo con los Marlins, «Miggy Ro» se convirtió en una pieza esencial para el combinado, no solo desplegando sus habituales habilidades con el guante, sino también en el cajón de bateo. Mientras algunos peloteros fracasaron en su intento por responder en la recortada zafra de la pandemia en 2020, sin unos entrenamientos primaverales y con un calendario muy reducido, el nativo de Los Teques brilló en lo que ha sido su año más productivo con el madero en las Grandes Ligas, al conectar para .304/.392/.496 en 40 desafíos disputados.
Tras la lesión de Gavin Lux en el pasado spring training, los Dodgers cambiaron su estrategia original, en la que el criollo figuraría como un utility del cuadro, y en su lugar le entregaron en bandeja de plata el puesto de paracorto regular; no obstante, Rojas tuvo serios problemas para encontrar el mismo ritmo ofensivo que mostró en Miami y previo a la pasada fecha límite de cambios el alto mando de los californianos agregó a refuerzos como el dominicano Amed Rosario y el puertorriqueño Kiké Hernández, ambos con capacidad de jugar en las praderas cortas.
#Marlins with a tribute video for Miguel Rojas as he plays his first game back at loanDepot park since being traded to the Dodgers this offseason. pic.twitter.com/jHyd9gY6YA
— Jordan McPherson (@J_McPherson1126) September 5, 2023En agosto, Rojas realizó algunos ajustes en el plato y marcó un respetable OPS de .713, el más alto para él en cualquier mes del calendario de 2023 hasta ahora. En un equipo con las aspiraciones de los Dodgers, dicha cifra todavía no califica como la indicada para un jugador de todos los días, pero allí es donde entra en juego la sólida defensa del venezolano, que le permite compensar un poco sus carencias ofensivas.
«Siento que agosto fue un muy buen mes para mí. Comencé septiembre de la manera correcta, esperando la pelota, sin tratar de halarla y conectar jonrones», explicó. «Si se va, se va. Soy mejor cuando puedo batear la pelota hacia mi banda, pero sin estar intentándolo. Ha habido buenas señales en estos últimos juegos. Esperemos que pueda continuar haciéndolo», agregó.
Miguel Rojas conoce su rol
En Los Ángeles nunca han contado con Rojas como una máquina de producir carreras y eso lo sabe bien el experimentado toletero. En su lugar, su función es dejar la mesa servida para las grúas que vienen posteriormente, incluyendo a Mookie Betts y Freddie Freeman, dos de los principales candidatos a llevarse el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional este año.
«Personalmente, siento que puedo ser un arma en la parte baja de la alineación«, aseguró el torpedero. «Sé que no tiene que ser un extrabase para producir una carrera, pero embasarme es importante para ellos. He estado preocupado por la producción y por encenderme con miras a septiembre y octubre. Al final del día, todo lo que quiero ser es un turno al bate productivo en el fondo de la alineación para que ellos puedan hacer lo que han venido haciendo».