Raúl Valdés se ve lanzando hasta el medio cupón

Carlos Valmore
Carlos Valmore
Raúl Valdés / Foto: Prensa Serie del Caribe 2023
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Como las pirámides de Egipto, Raúl Valdés se burla del tiempo.

El pitcher zurdo cubano bebió el elixir de la eterna juventud y a los 45 años de edad saca outs cual veinteañero. El jueves 2 de febrero de 2023 inauguró el sobrecogedor estadio Monumental Simón Bolívar de Caracas con siete entradas de dos carreras frente a los mexicanos Cañeros de Los Mochis como as de los Tigres del Licey para la Serie del Caribe.

Valdés es de los poquísimos lanzadores abridores dispuestos a conversar con reporteros justo antes de escalar la loma. “Para mí es algo normal. Antes del juego uno puede hacer de todo. Hoy practiqué, solté, corrí y ahora hablo con ustedes”, explica el exgrandeliga habanero, recostado sobre la baranda del dugout derecho. Así, en completo relax, reflexiona sobre su futuro como serpentinero.

Y no piensa a corto plazo.

“Me siento como de 20 y espero jugar unos cuantos años más, si Dios lo permite”, expresa Valdés con acento sincrético, fusión de son cubano y bachata quisqueyana. “Voy año a año, pero tal como está mi cuerpo en este momento me siento capaz de seguir”.

-¿Hasta los 50?

-Posiblemente.


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Valdés contó cuál es el origen de su vitalidad. “La preparación física es lo principal. Eso me ha ayudado a seguir lanzando”, sostiene el inextinguible Valdés, quien pasó cinco temporadas como grandeliga entre 2010 y 2014. “Uno corre, hace gimnasio, trabaja con las gomas, practica natación”. El resultado está a la vista. Durante la contienda 2022-2023 del torneo dominicano, el siniestro tuvo efectividad de 3.69 en 46.1 innings.

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Raúl Valdés / Foto: Prensa Serie del Caribe 2023

Ya en Gran Caracas 2023, a los Cañeros de Los Mochis solo les toleró cinco hits, con un boleto. Si Licey perdió no fue por su abridor. Valdés se mostró dominante, pese a declararse poco informado sobre su contrincante de turno. “Ahora buscaré enterarme de algo”, suelta. Ha estado tan expuesto, se ha empapado tanto del beisbol invernal que nada lo sorprende, salvo, quizás, el parque de La Rinconada.

“Es de Grandes Ligas. Está en óptimas condiciones”, dice convencido. El estadio es muy diferente a los que él conoció cuando reforzó a los Navegantes del Magallanes durante la final del certamen 2009-2010 contra los Leones del Caracas. Esa vez nadie pudo responderle: encaló al Caracas a lo largo de 14 innings y un tercio. “Lanzar de nuevo aquí es un orgullo”, afirma Valdés. “Siempre recuerdo aquella final Caracas-Magallanes. Aunque no gané (la final, pese a sus dos victorias) estuvo entre las mejores series de las cuales he tomado parte. Dejamos el pellejo en el terreno, pero perdimos”.

Valdés es tan dominicano como cubano. Ya son 16 torneos en Lidom y siete Series del Caribe con los campeones quisqueyanos. “República Dominicana fue el país que me abrió las puertas cuando me fui de Cuba y por eso significa mucho para mí representarlos. Para este torneo nos mantuvimos activos e hicimos partidos interescuadras (pasaron dos semanas entre la coronación de Licey en la final frente a Estrellas Orientales y el viaje a Venezuela). Solo descansamos un día”, expone el antillano, a quien le puede llegar el medio cupón montado sobre un morrito.  

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