Llegó el día que ningún aficionado del beisbol, especialmente venezolano, pensó que sucedería. Miguel Cabrera disputará su último encuentro como pelotero y no volverá a vestir otro uniforme en las Grandes Ligas. Es un día que pareciera tener todo para ser triste, pero no para un hombre que dejará el campo como leyenda.
Cabrera está en paz. Contento y satisfecho. Tranquilo porque sabe que se terminó su ciclo como deportista y que era necesario que así sucedería ya que los dolores en las rodillas son cada vez más agudos. Además, ilusionado por lo que viene, una faceta que lo mantendrá más cerca de su familia.
“Es hora de cerrar este ciclo en mi vida y, de verdad, me siento contento con lo que he logrado. Es momento de seguir adelante”, aseguró el aragüeño de 40 años de edad al Michigan Live. “Uno nunca piensa que se va a retirar porque este es el deporte que uno ama, pero ya las rodillas no dan para más”.
Quizás por eso no le tembló el pulso para decir que se sentirá aliviado cuando deje de ser jugador activo este domingo.
“Libertad”, respondió Miguel Cabrera sobre lo que sentirá cuando su retiro sea oficial. “Lo primero en lo que voy a pensar después de un mes es en tener que empezar a trabajar para ponerme en forma para el próximo año. Creo que tu mente juega contigo, así que lo primero que voy a pensar es en cómo voy a tener que prepararme. Entonces me daré cuenta: ‘Relájate’. Puedes ir al gimnasio cuando quieras’”.
Miguel Cabrera: Grande entre grandes
Alguien como Miguel Cabrera no podía irse del beisbol de otra forma que no fuera en paz. Hizo todo lo que soñó y hasta mucho más. Se marchará del deporte como uno de los mejores bateadores en la historia de las Grandes Ligas y con números que pocos se atreverían a colocarse como objetivos.
Por ejemplo, al buscar los jugadores que tuvieron una carrera con más de 500 jonrones, pero también con una cifra superior a los 3.000 hits, 500 dobles, 1.800 impulsadas y con promedio de .300 o más, solo habrá dos: Hank Aaron y Miguel Cabrera. Nadie más.
Reconsideremos un pocos eso. Por Major League Baseball (MLB) se pasearon Barry Bonds, Ted Williams y Babe Ruth, humanos que cuando tenían un madero en sus manos ponían a temblar hasta al más lanzador más gallardo. Ninguno de ellos se marchó con los guarismos que dejó Cabrera.
Ahora intentemos con otra línea numérica más sencilla. Quitemos dobles y remolcadas. ¿Cuáles son los bateadores en la historia con un average vitalicio superior a .300 con más de 3.000 hits y 500 cuadrangulares? Solo tres: de nuevo Aaron, ahora Willie Mays y sí, Miguel Cabrera.
Así que tranquilo Miggy, puedes caminar hacia el atardecer en paz. Hiciste todo lo que en algún momento se propuso ese adolescente que sacaba pelotas del parque en La Pedrera y llegó el momento de descansar.
Ahora todos esperaremos esos años para verte en el pódium en Cooperstown y escuchar esas palabras que dirás al momento de abrazar la inmortalidad. Pero eso será después, porque hoy lo que importa es el retiro y, al contrario de lo pensado, no debe ser un día triste.