El sueño mundialista se esfumó para la Vinotinto en el Sudamericano sub-20, más allá de la caída ante Colombia hubo otros pecados. Las matemáticas mantuvieron la esperanza viva hasta el último partido, pero lo mostrado en la cancha dictaba lo contrario. El talento con el que contaba Fabricio Coloccini, DT de la Vinotinto daba argumentos para pesar en un mejor Sudamericano y un cupo al Mundial sub-20. Pero expió todos sus pecados en el gramados.
Una de las críticas fue la falta de gol de la Vinotinto durante todo el Sudamericano sub-20. Si se saca el encuentro contra Ecuador, en hexagonal, donde los pecados fueron de finalizadores al no culminar las jugadas. A lo largo del campeonato fue frustrante como la propuesta ofensiva se limitó al centro de costado, ante la incapacidad en el carril central.
¿La Vinotinto sub-20 de mediocampistas?
En un principio se esperaba que la línea que más destacara de la Vinotinto sub-20 en el Sudamericano fuese la de los volante. La vara la dejó muy alta el subcampeonato del Maurice Revello con: Telasco Segovia, Andrés Romero y Emerson Ruiz. Parte de los pecados de Coloccini fue no saber potenciarlos, más allá de sus momentos. En honor a la verdad Segovia fue de menos a más, porque le faltaba ritmo de juego. Ruíz nunca entró en dinámica y «Miki» quedó relegado al ro de revulsivo en una gran parte del torneo. En una selección que no le sobra talento como la Vinotinto y en un torneo corto como el Sudamericano sub-20, tienes que usar tus mejores armas, sino será uno de tus pecados.
Sin una sala de maquinas consolidada, el balón le quemaba a la Vinotinto o peor, desembocaba en posesiones estériles, en esas dos aguas. Pocas acciones combinadas se vieron en el Sudamericano sub-20, que se tradujeran en peligro. Donde menos se notaron los pecados por esta carencia fue ante Ecuador en el hexagonal. Trazos largos, que ningún centro delantero pudo gobernar al momento de postearse. Las transiciones defensa-ataque era la única vía con más réditos al arco rival.
El mayor de los pecados en el Sudamericano sub-20
Las oportunidades que la Vinotinto ha tenido una buena actuación, ya sea en un Sudamericano sub-20 o en una Copa América, fue por su fondo físico. Que la Vinotinto se fundiera a lo lago de los segundos tiempos del Sudamericano fue el mayor de sus pecados. En las primeras partes tuvo momentos ilusionantes, incluso ante Brasil, que a la postre fue campeón. Pero luego de regresar de los camerinos se hundían y empezaba el rosario de pecados. El más doloroso el gol encajado ante Ecuador, en el hexagonal. Tras 19 módulos y cinco amistosos, era difícil que la condición atlética sería uno de los pecados.
Muchos de estos pecados se le pueden atribuir a los jugadores. Es cierto que futbolistas como Kevin Kelsy quedan señalados en este Sudamericano. Pero las miradas tienen que ir a la figura de Fabricio Coloccini, DT de la Vinotinto sub-20. Pagó con errores y pecados el estreno con entrenador. Planteamientos que no potenciaron a la Vinotinto, pero que el bajo nivel del Sudamericano sub-20 le permitió estirar la arruga. Mucho que mejorar de cara al Sudamericano sub-17, que el próximo reto de la Vinotinto.