Fiel a su ADN como jugador, Ildemaro Vargas disfruta de otro año de retos

Andres Espinoza
Andres Espinoza
The Associated Press
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Ildemaro Vargas ha vestido cinco uniformes distintos en sus siete años en las Grandes Ligas hasta ahora. Con ninguna de esas organizaciones, el venezolano ha tenido un puesto de titular a tiempo completo o la tranquilidad de sostener un cupo seguro en el roster. En su lugar, el nativo de Caripito forma parte de ese amplio grupo de peloteros que día a día se juegan la oportunidad de amanecer una jornada más como grandeligas. Ese rol puede resultar extenuante, tanto física como mentalmente, pero lo último que pasa por la cabeza del utility son quejas al respecto.

Vargas, de 32 años de edad, está en la recta final de su primera campaña completa con los Nacionales de Washington, divisa a la que llegó en mayo de 2022 luego de haber sido liberado de su contrato con los Cachorros de Chicago, que a su vez lo habían adquirido por la misma vía tras su liberación de los Cascabeles de Arizona. Las despedidas han sido comunes para el criollo en su carrera en el máximo escenario, pero también las nuevas oportunidades que aparecen en el horizonte.

Con los capitalinos, que se encuentran en una especie de proceso de reconstrucción desde su título como campeones de la Serie Mundial en 2019, Vargas ha disputado un total de 76 choques en la presente temporada y registra una línea ofensiva de .254/.305/.364, con 11 dobles, un triple, cuatro jonrones y 28 carreras remolcadas. No obstante, al igual que para sus otros combinados, el aspecto más importante de su juego ha sido la versatilidad para defender múltiples posiciones de forma eficaz.

Hasta planes en la receptoría

La versatilidad de Vargas ha llegado hasta un nivel tan alto, que el ambidiestro forma parte de ese grupo que continúa en aumento de jugadores de posición con experiencia en el montículo. El venezolano se subió a la lomita el año pasado con los Nacionales y nuevamente lo hizo en el actual certamen. Además de eso, también ha defendido el jardín derecho e izquierdo, el campocorto y la segunda y tercera base.

Pero la realidad es que el mánager Dave Martínez está dispuesto a llevar más a profundidad las habilidades de su jugador, pues también lo ha considerado como una tercera opción dentro de la novena para fungir detrás del plato este año.

«Es en serio. Eres nuestro receptor suplente«, recordó Martínez sobre su conversación con Vargas hace algunas semanas, en declaraciones publicadas por The Washington Post.

Si bien las probabilidades de que Martínez llegue a necesitar de los servicios de Vargas como careta son pequeñas, el veterano ha dedicado algo de tiempo a practicar en la posición en caso de emergencias.

«Es simplemente un buen atleta. Le preguntamos a los chicos y él dijo que podía hacerlo», contó el mandamás. «Ha trabajado allí atrás. Recibió algunos bullpens y esas cosas. Dice que lo hará si lo necesitamos. Así que siempre hacemos que vaya y trabaje un poco con (el coach de receptores) Henry Blanco«, agregó.

Sin arrepentimientos

Con un OPS+ de apenas 78 en más de 300 juegos en las mayores, Vargas sabe muy bien que su oportunidad de mantenerse en el mejor béisbol del mundo pasa por su capacidad de adaptarse a nuevos retos y de ser útil para su equipo.

Quizás jugar en la receptoría no es algo con lo que soñó el toletero desde pequeño – y posiblemente tampoco lo haga en la actualidad – pero la oportunidad de formar parte del selecto grupo de seres humanos en un roster de una organización de la gran carpa puede más que cualquier temor de defender la posición más exigente del juego.

«Haré lo que sea que el conjunto y Davey me pidan», aseguró Vargas. «Simplemente es quien soy«.

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