Eduardo Escobar espera no ser cambiado por segunda vez en la temporada

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Prensa Los Ángeles Angels
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En sus primeros 13 años en las Grandes Ligas, el venezolano Eduardo Escobar ha vestido un total de seis uniformes distintos. En cuatro ocasiones, incluyendo en la presente campaña, el paleador ha defendido a más de un conjunto en una misma contienda. Ahora, el actual jugador de los Angelinos de Los Ángeles espera no tener que mudarse nuevamente, luego de que la tropa californiana comenzara a quedar involucrada en múltiples rumores de cambio tras un bajón considerable en su desempeño.

Escobar, de 34 años de edad, inició el vigente certamen con los Mets de Nueva York, pero estuvo lejos del rendimiento que esperaba la organización y ante el arribo del prospecto Brett Baty, el alto mando de los residentes de Queens prefirió entregarlo en una transacción que lo llevó rumbo a Anaheim. Para ese momento, a finales de junio, los serafines todavía tenían altas probabilidades de pelear por un cupo en la postemporada, pero las cosas no han salido como deseaba la divisa desde entonces y con la fecha límite de cambios a la vuelta de la esquina, la directiva del club podría optar por vender a varios de sus jugadores.

«Vienes para acá y en eso comenzamos a perder y todo eso», contó Escobar, en declaraciones recogidas por The Athletic. «La fecha límite de cambios se acerca y no sé qué es lo que va a pasar. Espero poder quedarme aquí. No quiero ser cambiado otra vez. Pero eso no lo controlo yo», agregó.

Familiarizado con el proceso

A pesar de que los titulares únicamente mencionan a los peloteros envueltos en las diferentes transacciones, la realidad es que ese tipo de mudanzas involucra a múltiples miembros de la familia y Escobar está muy al tanto del proceso. Cuando abandonó a los Mets el pasado 24 de junio, sus padres, hermana, mejor amigo y hasta su perro lo acompañaron.

A lo largo de su trayectoria como ligamayorista, el nativo de La Pica ha sido cambiado en tres oportunidades durante el mes de julio. En 2012, Escobar fue enviado a los Mellizos de Minnesota desde los Medias Blancas de Chicago a cambio del lanzador zurdo dominicano Francisco Liriano.

Seis años más tarde, el criollo fue el único jugador que recibieron los Cascabeles de Arizona en una transacción con los Mellizos que involucró a otros tres peloteros. Y en 2021, las serpientes intercambiaron al ambidiestro por dos jugadores de los Cerveceros de Milwaukee.

A la expectativa

Los Angelinos llegaron a la jornada de este martes con récord positivo de 51-49, pero estaban a siete juegos y medio de distancia del primer lugar en la división Oeste de la Liga Americana. En caso de que la directiva del combinado lo decida, todavía tienen campo suficiente para batallar, así sea por un cupo comodín, pero la decisión que tome el equipo con respecto al fenómeno Shohei Ohtani podría marcar una gran diferencia en el futuro de sus compañeros.

Entre múltiples rumores de cambio, Ohtani, quien se convertirá en agente libre al final del vigente torneo, podría ser el mayor indicativo de cómo afrontará el alto mando de los californianos la fecha límite de cambios. Si el japonés termina siendo canjeado en los días venideros, no habrá ningún tipo de duda de que los Angelinos tiraron la toalla en 2023.

Sin embargo, en caso de que Los Ángeles opte por mantener a la sensación en sus filas, los ejecutivos del club podrían hacer, quizás, su último intento por alcanzar la postemporada con Ohtani y el jardinero Mike Trout como compañeros de equipo.

Los Angelinos estaban a cuatro juegos y medio del último cupo comodín del joven circuito tras la faena del lunes.

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