La relación entre Dusty Baker y el beisbol es curiosa. No se puede decir que no tengan un cariño mutuo porque hay muchas alegrías como para pensar que existe un matrimonio saludable, pero también con suficientes momentos amargos para pensar en una crisis.
¿Recuerdos bonitos? Muchos. Como jugador logró un Guante de Oro y anillo de campeón en 1981. También acudió dos veces al Juego de las Estrellas, logró un par de Bates de Plata y hasta se quedó con el premio al Jugador Más Valioso en la Serie de Campeonato de 1977. Como estratega no es muy diferente. Se ha adjudicado tres veces el Mánager del Año (1993, 1997, 2000) y con 2.022 victorias conseguidas se ubica como el décimo dirigente con más triunfos en las Grandes Ligas.
Aunque las decepciones son numerosas también. Dusty Baker ha llevado a 12 equipos a jugar postemporada, aunque nunca ha ganado una Serie Mundial. Ningún otro mánager ha disputado más de siete playoffs sin ganar por lo menos un campeonato, algo que atormenta al experimentado mandamás de 73 años de edad. Pareciera una crueldad en una mente que piensa, vive y se desvive por el beisbol.
Especialmente cuando a Dusty Baker le colocaron la etiqueta de que necesita un anillo de campeón para reunir suficientes recaudos para ser exaltado al Salón de la Fama. Poco importará que sea el único dirigente con cinco títulos de división en la historia de las Grandes Ligas o su imponente porcentaje de victorias de .539.
“Todavía tengo asuntos por resolver y conseguir”, declaró Baker a MLB.com tras caer ante los Bravos de Atlanta en la Serie Mundial de 2021. “Digo, amo a mis jugadores de aquí (Houston). Amo la ciudad. A los aficionados que están con nosotros”.
“Creo que lo especial de Dusty es que es el mánager, pero también lo ves como un amigo”, dijo Carlos Correa, quien compartió con Baker desde 2020 hasta el año pasado. “Cuando tienes ese tipo de relación con tus jugadores y esa comunicación, sucederán cosas buenas en el clubhouse. Apoya siempre a sus jugadores y ellos a él. La comunicación es clave para mí y para los muchachos. Hace un gran trabajo con eso”.
Injusticias del beisbol
¿Cuántas personas que han pasado por el beisbol dicen que es un deporte justo? Constantemente los protagonistas lo definen como “cruel”, “difícil”, “complicado” y hasta “injusto”. Dusty Baker nunca se ha quejado públicamente, aunque tiene razones suficientes para pensar de la misma forma que la mayoría.
Porque de verdad las tiene. Dirigió a los Gigantes de San Francisco desde por nueve años con un roster que tenía a Barry Bonds, quizás el beisbolista más dominante de la historia. Llegó a una Serie Mundial y, cuando tenía ventaja de 5 a 0 en el sexto juego de la final en 2022, los Angelinos de Anaheim se quedaron con el título en siete choques. Luego tomó las riendas de los Cachorros de Chicago y los Rojos de Cincinnati sin éxitos. Se fue a los Nacionales de Washington que, tras no renovarlo en 2017, ganaron la Serie Mundial dos años después.
Es por eso que muchos le colocaron a Dusty Baker la etiqueta de “buen mánager, pero sin lo necesario para campeonar”. Pareciera que solo con un título se eliminarán las dudas y se le abrirá un espacio en el Salón de la Fama.
«Todo el mundo habla de, ‘Tienes que ganar una Serie Mundial y tienes que ser esto para ser aquello'», dijo Ralph Garr, excompañero de Dusty Baker. “Cito Gaston ganó dos Series Mundiales consecutivas, ¿y dónde está? No en Cooperstown. ¿Sabes de que estoy hablando? Así que no importa cuál sea el resultado, Dusty Baker es un entrenador del Salón de la Fama. Ya sea que gane una Serie Mundial o no, no se trata de eso. Ha ganado en todos los lugares a los que ha ido”.
Es cierto, aunque no lo suficiente. El propio técnico confirma que tiene una meta por conseguir y poco tiempo restante. Ahora le llegó un nuevo chance y con razones para pensar que es la definitiva.
Un chance de oro para Dusty Baker
La postemporada de 2022 está llena de sorpresas. Los poderosos Dodgers de Los Ángeles ganaron 111 juegos y tenían una nómina que los convertían en favoritos para quedarse con el campeonato. Eliminados. El poder económico de los Mets de Nueva York parecía destinarlos a la grandeza. Eliminados. Los Bravos de Atlanta, actuales monarcas de las Grandes Ligas y recientes verdugos de Dusty Baker. Eliminados. Pareciera que el camino se le abre al piloto.
Porque pareciera que, de los equipos que siguen en pie, los Astros de Houston son los más talentosos. Su pitcheo es sólido con Justin Verlander, Framber Valdez y compañía. Mientras que ofensivamente tienen la inspiración de Yordan Álvarez y la presencia de José Altuve.
«No sé cuáles son las probabilidades, pero eso está muy, muy cerca de eso», expresó Baker. «El mundo del béisbol tenía que estar emocionado. Sé que la ciudad está emocionada. Nuestro equipo está emocionado”.
Ahora los Astros están a cuatro victorias de otra Serie Mundial. Nunca recibirán mucho amor fuera de Houston; ese es un hecho establecido en el béisbol. Quizás por el robo de señas en 2017—bajo el mandato de A.J Hinch—o por temor a los chicos de Dusty Bakero. Pero lo cierto es que el piloto tiene un nuevo chance de coronarse y finiquitar una carrera que ya está teñida de dorado.