Desde el sótano: Tiburones cerró la cuarta semana en medio de más polémica

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Prensa Tiburones
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Antes del comienzo de la presente temporada, los Tiburones de La Guaira lucían en una posición envidiable con respecto al resto de los equipos en cuanto a la conformación de su plantilla para el día inaugural. Repleto de grandes nombres, el roster de los escualos se perfilaba como el favorito para comandar varios departamentos en las primeras de cambio del torneo, en especial aquellos relacionados a la ofensiva. Pero a la conclusión de la cuarta semana de la 2023-2024 este pasado domingo, los litoralenses se ubicaban en un puesto en el que ningún conjunto desearía estar. Así de cruel e inesperadas pueden ser las cosas en el béisbol.

Los dirigidos por Edgardo Alfonzo cayeron en la faena dominical por cuarta vez de forma consecutiva, justo después de haber cerrado la tercera semana del certamen con una racha de tres triunfos al hilo, su mejor cosecha en lo que va de la actual campaña. El récord escualo en los últimos seis desafíos era de 1-5, lapso que coincide con la cantidad de juegos en los que la organización ha estado funcionando bajo las órdenes de la nueva junta directiva, encabezada por Alberto Díaz como gerente general y Luis Sojo como gerente deportivo.

Dicha racha negativa llevó a que los más recientes subcampeones del béisbol nacional amanecieran este lunes en el último lugar de la tabla de posiciones, el cual comparten con los Tigres de Aragua y los Caribes de Anzoátegui, todos a seis juegos y medio del primer lugar. Tiburones no solo ha fracasado en su intento por llenar las expectativas que los situaban como posibles líderes en departamentos colectivos, sino que se encontraban entre los peores en los principales departamentos, de bateo y pitcheo, tras la culminación de la cuarta semana de actividades.

Caída estrepitosa

Con una ofensiva que tiene a piezas de renombre como Alcides Escobar, Oswaldo Cabrera y Franklin Barreto, entre otros, los salados han tenido serios problemas a la hora de carburar. Tiburones llegó a la jornada libre del lunes con el segundo OPS más bajo de todo el circuito (.708), el segundo peor promedio colectivo (.261), la segunda menor cantidad de bases alcanzadas (229), de remolcadas (75) y anotadas (86).

Ningún equipo en toda la LVBP había conectado menos extrabases que los de la artillería de La Guaira (42). Asimismo, la crisis ofensiva de la organización parece alcanzar su punto más oscuro con hombres en posición de anotar, situación en la que sus bateadores ligaron para un promedio de apenas .167 durante los seis encuentros que disputaron en la cuarta semana de acción.

El pitcheo, por su parte, tampoco ha podido compensar. En la última media docena de compromisos, la efectividad grupal de los brazos escualos fue de 5.57. El cuerpo de relevistas de Alfonzo logró responder con un más que respetable 3.38 en el renglón de porcentaje de carreras limpias permitidas en ese lapso, pero los iniciadores fracasaron de forma rotunda con 12.15 en el mismo departamento.

La efectividad de los serpentineros del club era la tercera más elevada del circuito (5.47) en la presente temporada, permitiendo la segunda mayor cantidad de anotaciones limpias (97) entre los ocho conjuntos.

¿Otro sacudón a la vista para Tiburones?

Con un nuevo mánager en Alfonzo y un staff de coaches renovado rumbo a esta campaña, que incluyó a Dernier Orozco como instructor de lanzadores y a Ender Chávez como capataz de los bateadores, Tiburones podría estar ingresando en un territorio en el que el movimiento de las oficinas hace algunos días atrás podría trasladarse al dugout.

Luego de alcanzar el sexto juego de la final en la contienda anterior y de ilusionar nuevamente a sus aficionados con un plantel que parecía en buenas condiciones para regresar a la instancia decisiva este año, la fanaticada escuala se ha encontrado con una divisa irreconocible hasta los momentos.

Pocas horas después de su nombramiento como nuevo gerente general, Díaz señaló que cualquier cosa que no fuera el campeonato bajo su gestión sería considerada como un fracaso. Pero si la hemorragia no para, La Guaira no solo corre el riesgo de continuar en una sequía de campeonatos, sino que también pondría en peligro su opción de clasificar a los playoffs un año después de casi ganarlo todo.

En una comparación que resulta lapidaria con respecto a ese potente equipo de la campaña anterior, que finalizó la ronda regular con balance de 29-26, Tiburones llegó al juego número 16 de la temporada en la 2022-2023 con balance de 10-6 y el único momento en el que registraron una marca negativa fue después de la derrota en la jornada inaugural.

Con récord de 7-11 luego de 18 choques en esta ocasión, La Guaira luce lejos de aquella versión y en medio de una debacle que pocos vieron venir.

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