La Superliga Junior U17 culminó el pasado domingo 24 de septiembre con Distrito Capital (femenino) y Miranda (masculino) como campeones nacionales. Este torneo disputado en Barinas fue la conclusión de casi 10 meses de competencia mediante juegos municipales y luego estadales de los que salieron los mejores jugadores de cada uno de los estados participantes.
El slogan del mismo fue #JuegaElFuturo y con mucha razón. Muchos de estos atletas que se dieron cita en el Gimnasio Federación, Gimnasio Francisco de Miranda y el Domo Unellez representan parte importante del porvenir del baloncesto criollo, sobre todo porque fueron formados en Venezuela.
A ellos se les debe sumar los jugadores que están en otros países por razones de migración o becas universitarias. Por ello, era indispensable saber a ciencia cierta cómo se está trabajando en las categorías formativas nacionales y cuál es el nivel real de juego.
Por el lado de la competencia femenina de la Superliga Junior, muchas chicas destacaron por sus fundamentos técnicos y lecturas de juego. Lo primero se puede adquirir en casi todas las escuelas de baloncesto del país. Lo segundo es muy difícil, incluso puede haber profesionales que no cuenten con esto.
En el masculino, jugadores que sobrepasan el 1.90 de estatura más una potencia física que acompaña el despliegue de cada uno en los duelos.
A destacar, sin duda, los jugadores de Sucre y su salto. Al igual que Jeiminson Márquez (MVP de la Superliga Junior), un joven de 17 años de la parroquia Petare del estado Miranda que mide dos metros y juega cómodamente de frente y de espaldas al aro, así como también sabe atacar los espacios dejados por las defensas.
Los campeones de la Superliga Junior U17
Si se habla puntualmente de las selecciones campeonas de la Superliga Junior, se debe exaltar la figura de la defensa. Tanto en el masculino como femenino la faceta defensiva era el pilar fundamental de los triunfos. Además, mostraron distintos recursos para anotar.
– Distrito Capital:
En el ADN de cada uno de los equipos de Distrito Capital, no importa el año ni la categoría, la defensa en primera línea es vital. Esto les permite robar cerca del canasto y convertir puntos con ventajas de 1vs0 o 2vs1, quizá los puntos más sencillos de anotar a cualquier nivel de baloncesto.
A su vez, en caso de defender 5vs5, la rotación constante favorecida por el atleticismo de sus jugadores les daba una ventaja amplia a la hora de no permitir tiros cómodos del rival.
Luego de esto, encontrabas en el equipo femenino jugadoras como Yleen Sierra o Astrid Inojosa, comprometidas primero con la defensa y luego con la ofensiva.
Inojosa, MVP de la Superliga Junior, fue la encargada de marcar toda la cancha a la mejor jugadora de Miranda (Yesimar Escudero) en la semifinal y luego a Alexandra del Valle Cabeza de Sucre en la final. A pesar del desgaste físico que esto implica, Inojosa fue la máxima anotadora de su equipo en ambos compromisos. Además, mostró sus recursos desde el drible, esperó en una esquina, cortó al aro por el lado ciego o salió de una cortina y roll.
Sierra, por su parte, no se quedó atrás. Con experiencia en la Superliga Femenina, la jugadora de Distrito demostró que lo mejor que tiene no es su capacidad para anotar, sino para estar siempre bien ubicada para aprovechar los espacios y las desatenciones de su rival.
– Miranda:
La selección dirigida por Manuel Echezuría culminó la Superliga Junior invicta y en muchos juegos sacó de la cancha a su rival. El partido más parejo fue en la semifinal, ante Sucre, que tuvo la pelota de ganar en la mano con dos segundos restantes.
En la entrevista post juego con Superliga TV, Echezuría explicó que su equipo sufrió para cerrar el juego ante los orientales por temas relacionados con la edad de sus muchachos, que esto forma parte de las categorías formativas.
Esto quedó demostrado luego en la final cuando Distrito Capital intentó recurrir a la presión desde la salida para volver al partido, pero los mirandinos estuvieron mucho más calmados y mantuvieron su ventaja en el compromiso.
Dentro del libro de jugadas de Miranda se vio Pick and Roll Spain, una ejecución que hizo popular la selección de España dirigida por Sergio Scariolo, con la que se busca liberar a los tiradores o favorecer en el cambio de marca al pívot para que cerca del canasto convierta par de puntos.
Aunado a esto, la figura ofensiva de Jeiminson Márquez, un jugador de dos metros de altura que jugaba como “4 abierto”, un concepto europeo en el que el ala pívot no parte de la pintura como centro de vida, sino que aprovecha sus desplazamientos para atacar los espacios o tomar tiros abiertos.
Si la selección de Miranda podía robar en primera línea de defensa, bien. Corrían la cancha y convertían bandejas. Pero no eran extraños a las ofensivas de la media cancha. Incluso, en ocasiones dejaron de correr por entender que no había ventajas. Esto último no es muy común en categorías formativas, en que llevados por la edad y la presión la toma de decisiones en momentos límites no son las más acordes.
¿Hay futuro?
Muchas de las consultas del chat en vivo de Superliga TV, por donde se transmitió la Superliga Junior, tenían que ver con la estatura de los jugadores (masculino y femenino) o la falta de musculatura en algunos casos. Este es un problema que ha tenido el baloncesto venezolano a lo largo de su historia y que, acrecentado por la situación país, ahora parece mucho más notable.
Sin embargo, estos baloncestistas están en edades de formación, en las que se les debe enseñar cómo mejorar su alimentación, dentro de lo posible, para favorecer a su salud y a su físico. Asimismo, los fundamentos técnicos individuales, las lecturas del juego y mejora en distintos escenarios también formarán parte del proceso de esos jugadores.
Entonces, ¿hay futuro? Claro que sí, pero esto no significa que el resto del panorama sea “soplar y hacer botellas”. Hay un largo camino por recorrer, que necesita de todos los involucrados y del factor humano. La Superliga Junior es un gran proyecto que se debe mantener e impulsar, hacer que el baloncesto formativo llegue a todo el país y que este sea transmitido.