Miguel Cabrera sacudió un sencillo en su último turno como pelotero profesional en el Progressive Field de Cleveland el pasado domingo. No podía ser de otra forma; después de todo, la casa de los Guardianes ha sido bombardeada con conexiones del venezolano a lo largo de una carrera que cursa su vigésimo primera temporada. Pero horas antes de ese indiscutible, y al igual que han hecho otras organizaciones este año, la divisa de Ohio rindió tributo al dos veces ganador del MVP y a uno de sus principales archirrivales en las últimas dos décadas.
Cabrera, de 40 años de edad, anunció antes del inicio del vigente certamen que esta sería su campaña final como pelotero activo y los Guardianes aprovecharon para regalarle una guitarra en la ceremonia previa al desafío dominical. El instrumento tenía un significado detrás, pues fue una forma de también honrar al Salón de la Fama del Rock & Roll en Cleveland. La guitarra tenía estampado su apodo «Miggy», una foto y su tradicional número «24» al frente.
Los encargados de entregar el obsequio fueron el tercera base dominicano José Ramírez y los venezolanos Gabriel Arias, Andrés Giménez y Brayan Rocchio. Cabrera levantó la guitarra e hizo un intento de tocarla mientras regresaba al dugout de los bengalíes. «Eso fue increíble«, le comentó el criollo a la prensa norteamericana.
Fueron dos citas corridas de mucha importancia en la ciudad, pues el legendario paleador, también oriundo de Quisqueya, Manny Ramírez, había sido exaltado al «Templo de los Inmortales» de la organización el día previo.
Unión como pocas
Ramírez y Cabrera son ampliamente reconocidos como dos de los mejores bateadores derechos que haya visto el béisbol. El dominicano estuvo ligado a distintos escándalos con el consumo de sustancias prohibidas a lo largo de su exitosa carrera, lo que le ha costado la confianza de los votantes para el Salón de la Fama de Cooperstown, así como también el reconocimiento de los aficionados de otras divisas, que suelen ignorarlo cuando se debate sobre los mejores toleteros de todos los tiempos.
De cualquier forma, en cuanto a números se refiere, pocos han logrado acercarse a lo conseguido por Manny. Uno de ellos, indudablemente, es Cabrera, quien es señalado desde ya como un candidato a ser inmortalizado en su primer intento y que tiene la distinción de ser el último ganador de la Triple Corona ofensiva en las Grandes Ligas, entre otros logros.
¡Siguen los homenajes! Cleveland se despidió de Miguel Cabrera. 👏 pic.twitter.com/mmfLCuChzz
— MLB Venezuela (@MLBVenezuela) August 20, 2023«Tuvimos la fortuna de tener a dos de los mejores bateadores derechos de esta generación en el estadio durante los últimos días«, aseguró Chris Antonetti, presidente de operaciones de béisbol de los Guardianes.
Asimismo, el ejecutivo tampoco escondió que, si bien la despedida de Cabrera es dolorosa en el aspecto emocional, deportivamente no es la peor noticia que ha recibido Cleveland en sus oficinas.
«He perdido mucho sueño gracias a Miguel Cabrera. Siempre es incómodo saber que está merodeando en la alineación. Siempre estás al tanto de cuándo le toca consumir su turno», indicó Antonetti.
Su propio paraíso de batazos
El Coors Field de Colorado puede tener la fama de ser el escenario ideal para los bateadores en el máximo escenario, pero Cabrera se encargó de hallar su propio paraíso para batear. En 127 compromisos disputados en el Progressive Field, el 12 veces invitado al Juego de Estrellas registró una línea ofensiva de .297/.370/.502, con 23 dobles, 26 jonrones y 89 carreras impulsadas.
Su excelso desempeño en Cleveland es de conocimiento popular, no solo para los directivos, jugadores, coaches y fanáticos de los Guardianes, sino también para el mundo del béisbol en general.
«Ha tenido números que son una locura contra todos, pero en especial ante Cleveland«, dijo su compañero de equipo Spencer Torkelson. «Sabemos cuán importante fue ese momento para él. Es su despedida de este estadio».