Este lunes 3 de julio, a las 8:15 de la mañana, visitamos la caballeriza N° 25 en el Hipódromo La Rinconada del entrenador César Pérez. Allí, Papá Pedro el flamante ganador por segundo año seguido del Clásico Fuerza Armada en 3.200 metros.
Una mañana serena. Pero, tras los buenos días saltó Federica, la mascota de la caballeriza. Al son de sus ladridos, apareció Luis Aguilar, el recordado jinete galopador del entrenador Daniel Pérez, hoy sereno del establo.
En ese instante, el caballerizo José Herrera y el capataz Luis Cortez, estaban caminando a Papá Pedro por el área de las caballerizas.
Salimos a buscarlos. La grata sorpresa que Papá Pedro tenía su manta del Clásico Fuerza Armada, y al fondo se escuchaban las felicitaciones de los trabajadores de otros establos.
José Herrera, su caballerizo, no paraba de reír y acariciar el rostro de Papá Pedro y al compás de múltiples fotos. La emoción es grande, gracias a la nobleza y corazón de Papá Pedro.
El reencuentro emotivo en la cuadra
Pasadas las 9:00 de la mañana, regresó Papá Pedro al picadero de su cuadra y con sus dos custodios.
Llegó su médico veterinario César Suárez, quien esa tarde dominical ganó cinco carreras, incluyendo el 1-2 de Papá Pedro-Freely en el Clásico Fuerza Armada.
Momento emotivo. Se unió el personal de cuadra con el médico veterinario. Abrazos y palmadas. Papá Pedro con sus orejas erguidas.
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“Venga vieja, nojodaaa. Ganó el que supuestamente no tenía chance. Ta’ bien pues”, dijo el capataz Luis Cortez mientras abrazaba a César Suárez. Federica saltaba a su lado.
Allí Suárez revisó a Papá Pedro. Le quitaron las vendas de sus miembros anteriores y fueron evaluados son nudos y tendones, áreas lesionadas del caballo, pero gracias a Dios estable.
Reacciones de la victoria de Papá Pedro
El entrenador César Pérez, de la vieja escuela y con una gran capacidad para triunfar en los grandes clásicos.
“Papá Pedro es de un gran corazón. Estamos todos los días encima de sus problemas. Lo llevamos como un hijo más en la caballeriza”, expresó Pérez.
“Quiero destacar el gran trabajo del equipo de cuadra, colocó su granito de arena. Papá Pedro ganó de una manera brillante”, resaltó.
César Pérez informó que en los próximos días seguirán evaluando la salud del caballo. “Hoy está estable, pero, vamos a esperar. Pero, pensamos de los 2.000 metros hacia arriba donde se adapta mejor”, acotó el entrenador.
Por otra parte, el médico veterinario César Suárez se pronunció sobre este gran triunfo de su paciente.
“Ese es un caballo que tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Es lesionado de sus tendones y de un nudo. Sin embargo, tiene una fuerza increíble. Y el domingo lo demostró”, declaró el médico veterinario.
José Herrera: “La gente nunca creyó en el caballo”
Luego, apareció el caballerizo José Herrera, el amigo más cercano del caballo.
“Principalmente gracias a Dios, sin Dios nada. La gente nunca creyó en el caballo, pero nosotros sí. Todo el equipo de cuadra fajado y se hizo el trabajo. En diez años, ha sido el mejor caballo que he cuidado. Y agradezco el apoyo de su propietario Omar Pérez”, reveló.
“Muchas gracias a mi esposa y mis dos hijas, por todo el respaldo y ánimo para ganar esta gran carrera”, agregó el orgulloso caballerizo José Herrera.
Luis Cortez es el capataz de la cuadra del entrenador César Pérez. De una larga trayectoria en el hipismo venezolano.
“Muy contento, muy feliz. Todo el equipo le puso un mundo y ganamos. Principalmente Dios. Papá Pedro es un caballo agradecido. Quiero dedicarle este triunfo a mi esposa y mis hijos”, exteriorizó Cortez.
Y luego de acomodar algunos utensilios de la caballeriza, vino el sereno Luis Aguilar con más de 50 años de labor en La Rinconada.
Tranquilo, pasos lentos y con su gorra casi de medio lado, habló de la segunda victoria seguida de Papá Pedro en el Clásico Fuerza Armada.
“Confiaba en mi pulso y mi caballo. Yo decía, ‘este no puede perder’. Papá Pedro es de hierro y vamos a correr el Fuerza Armada del 2024”, soltó con optimismo.
Tras finalizar la visita, se entabló una conversación amena entre le equipo de la caballeriza. Saboreamos un té de malojillo. No pudieron faltar las expresiones criollas, risas, abrazos y rostros de emociones que selló este gran logro.
Ya pasadas las 10 de la mañana nos despedimos. Pero, José Herrera y Luis Cortez se frotaban las manos porque se aproxima un agasajo.
El caballo Papá Pedro, rodeado por un recurso humano valioso y honesto que lo impulsó a ratificar su clase en la arena del Hipódromo La Rinconada.