Boris Becker, histórico tenista alemán, salió con libertad el pasado jueves luego de estar recluido ocho meses tras cumplir con su condena por transferir ilícitamente grandes cantidades de dinero y ocultar activos después de declararse en bancarrota.
Becker, de 55 años, fue deportado a su nación desde Gran Bretaña, lugar en el que reside desde 2012, según confirmó su abogado Christian-Oliver Moser.
El alemán, quien fuera tres veces campeón de Wimbledon, recibió una condena a 30 meses de prisión en abril por los delitos mencionados. Esta decisión fue tomada por el Tribunal de la Corona de Southwark de Londres por cuatro cargos en virtud de la Ley de Insolvencia. Además, incluyeron la eliminación de la propiedad, la ocultación de la deuda y dos cargos de no revelar el patrimonio.
“Cualquier ciudadano extranjero que sea declarado culpable de un delito y condenado a una pena de prisión es considerado para su deportación lo antes posible”, dijo el Ministerio del Interior en un comunicado.
Otro delito de Becker en Alemania
Boris Becker tuvo una condena por evasión de impuestos en Alemania en 2002, por lo que se le impuso una pena de prisión en suspenso. El ex tenista había ganado su primera final de Wimbledon en 1985, a los 17 años. Así se convirtió en el jugador más joven y el primero no cabeza de serie en conquistar el título individual masculino. Posteriormente, ganó otros dos títulos en el All England Club. A su vez, dos Open de Australia y Open de EE.UU, los seis entre 1985 y 1996.
Becker negó todos los cargos en relación con el proceso judicial de Londres, y afirmó que había cooperado con el procedimiento de quiebra -incluso ofreciendo su anillo de boda- y que había confiado en sus asesores. El ex número uno del mundo se declaró en quiebra en junio de 2017.