Alberth Martínez encontró el reimpulso en un descanso y se unió a selecto grupo en Magallanes

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Foto: Elio Miranda (Prensa Magallanes)
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Alberth Martínez estaba sumido en un profundo letargo ofensivo que le hizo quedarse en la banca durante dos juegos seguidos, toda una rareza tratándose del bateador más productivo de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional en las recientes seis temporadas. Sin embargo, el jueves halló un nuevo impulso para inscribir su nombre junto a dos leyendas de Navegantes del Magallanes.

El guayanés, que llegó al encuentro frente a Cardenales de Lara en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto con solo ocho compromisos de 11 disputados por el buque en el mes de diciembre (uno como paleador emergente), compilando anémicos promedios de .125/.125/ .125 con nueve ponches en 32 turnos durante el lapso, despertó. Se fue de 5-2 en la noche, incluido un jonrón que fue el número 50 de su carrera, uniéndose a Richard Hidalgo (56) y Mario Lissón (53) como los únicos tripulantes de la franquicia con tal cantidad de vuelacercas.

«A veces se necesita un descanso. Gracias a Dios mantuve la comunicación con Ramón (Hernández, mánager) y pude venir enfocado para cada turno y pitcheo, luego de algunos juegos donde no me salieron las cosas», dijo Martínez al departamento del prensa carabobeño tras el encuentro. «Al fin, el trabajo diario está saliendo».

El toletero derecho, con el estacazo solitario, también se convirtió en el jugador número 20 en los registros de la LVBP que dispara 50 cuadrangulares o más con un mismo equipo, según el archivo del periodista e investigador Tony Flores.

Alberth Martínez no perdió el foco

Alineado como séptimo bate y jardinero derecho, el oriundo de San Félix despachó el bambinazo en la primera entrada en una situación curiosa, por demás. Antes de él, Carlos Pérez sacó la bola con dos en base casi a la par que un bajón eléctrico detuvo el encuentro durante 22 minutos. Raúl Rivero, quien fue el abridor por los crepusculares, se despidió de la loma y dio paso a Wilser Barrios, que terminó siendo la víctima.

«Se fue la luz, pero quedaron algunas luces prendidas. Así que me mantuve caliente estrechando y listo para el turno», explicó Alberth Martínez. «Busqué un pitcheo pegado para hacerle un swing grande».

El hecho que resulta irónico, es que a pesar de, en teoría, ser una zafra de altibajos para el patrullero de 32 años de edad, ya igualó un tope personal con ocho pelotas a la calle. Además, amaneció la jornada del viernes 15 de diciembre con 31 carreras empujadas, la máxima cantidad entres sus compañeros en la carabela.

Alberth Martínez aún tendrá 10 desafíos para fijar una nueva marca individual y acercarse tanto a Lissón como a Hidalgo para ser el nuevo rey del poder en registros vitalicios del Magallanes.

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