Yo y Las Bestias: la película que cambia según quien la vea

Rowerth Goncalves
Rowerth Goncalves
4.5
(2)

Yo y Las Bestias fue galardonada en 2022 como la mejor película en el Festival de Cine Venezolano y no fue si no hasta este 2023 que pudimos ver la obra de Nico Manzano. Una cinta íntima, onírica y sumamente interpretativa con un poderoso mensaje. Después de girar por varios festivales internacionales la cinta cuenta con una de las mejores fotografías en el cine nacional y una banda sonora hipnótica.

Andrés es el guitarrista y voz líder del grupo Los Pijamistas, pero decide dejar la banda por un conflicto moral y tomar su camino en solitario. Por eso comienza un viaje de desconexión para realizar un disco en la Venezuela de 2017. En medio de una crisis económica sin parangón tendrá que lidiar con todo lo que le rodea y su propia mente para hacer una obra que trascienda y sea un sonido único.

Esa es la premisa de Yo y Las Bestias, pero la película que vi yo puede ser distinta a la que tu puedes ver y todo está la interpretación que le des. Es una película pequeña, con una mirada intimista y contemplativa sobre el proceso creativo, pero también es una cinta que habla desde un punto de vista artístico sobre los conflictos sociales. También es un largometraje sobre el proceso creativo y los obstáculos que tienes, en fin, una película con muchas capas que resalta en la cinematografía venezolana.

Nico Manzano hizo una suerte de albúm musical llevado al cine. Cuanco te adentras en la cinta comienzas a vivir el disco que está haciendo Andrés. Yo y Las Bestias tiene un humor ligero, con unos chistes políticos y situaciones que muchos venezolanos han vivido, pero también cuenta con un lado que raya en la esquizofrenia del personaje principal.

¿Yo y Las Bestias es una película para sifrinos?

Muchos pensarán que Yo y Las Bestias es una suerte de “me iría demasiado” por el lenguaje que maneja, pero es una realidad que también debe contarse. El cine venezolano tiene aún su estigma de que solo se cuentan “historias de delincuentes” y cintas como estas refrescan y acaban un poco con ese mito.

Es una película para todos, que cuenta con el proceso creativo con el que se van a identificar muchos artistas. Su “sifrinismo” ayuda en el contexto de las bandas de rock en Venezuela, muchas surgidas de la golpeada clase media nacional. Yo y Las Bestias toca desde la migración hasta la corrupción, e incluso la “viveza criolla”.

Pero, la cinta dista de perfección. Tiene algunos vacíos en el guio y escenas oníricas que podían haber sido resueltas en menor tiempo. También el plot te deja con varias interrogantes y pudo haber tenido algo más de duración. Más allá de eso es una gran opción para verla en pantalla grande y, además, es una opción muy fresca.

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