Era difícil, por no decir imposible, visualizar a Anthony Vizcaya como el cerrador estelar de la representación venezolana en la Serie del Caribe cuando la temporada regular de la pelota local llegó a su fin. El relevista del Magallanes venía de su peor temporada en años en el circuito nacional y su brazo parecía prescindible en el bullpen del mánager Yadier Molina.
Pero el larense sabía que su talento daba para mucho más. Esa versión bateada y descontrolada no era la real; la que le permitió reclamar el premio al «Setup del Año» en la contienda 2021-2022, cuando su efectividad fue de apenas 2.05 y su WHIP de 1.04 en 25 presentaciones con los turcos.
«Me siento muy contento por mí mismo y el trabajo que he venido haciendo», aseguró Vizcaya el miércoles, horas antes de conseguir los últimos tres outs que le otorgaron a Venezuela el boleto directo a las semifinales del torneo caribeño. «A pesar de las altas y bajas, siempre tuve la cabeza en alto. Seguí trabajando porque sabía que en cualquier momento vendrían las cosas buenas«.
Historia nueva en enero
Ese momento fue en la instancia más importante del año: la postemporada. Allí, el derecho volvió a ser el lanzador que todos conocían. Aquella espantosa efectividad de 6.99 durante la ronda regular, se transformó en una inmaculada durante los playoffs.
Vizcaya, de 29 años de edad, no permitió carreras en sus 14 entradas y un tercio de trabajo para los Navegantes en el round robin. Ponchó a 20 y regaló apenas tres pasaportes.
«Siento orgullo en lo personal. Ahí están los resultados. No me he confiado, no me estoy conformando. Sigo trabajando, sigo demostrando», expresó.
Si bien Magallanes no obtuvo boleto a la final en esta oportunidad y ni Leones ni Tiburones utilizaron su única adición con el diestro, Vizcaya siempre se mantuvo preparado y listo para un posible llamado del conjunto campeón rumbo a la Serie del Caribe, donde no existía límite en el número de refuerzos para los equipos.
Esa esperanza se transformó en realidad. Y ante la ausencia de Silvino Bracho, flamante taponero del Caracas durante los pasados playoffs, el dirigente José Alguacil apostó por el trabajo reciente de Vizcaya y una hoja de vida que demostraba que su temporada regular anterior no fue más que un bache en medio del camino.
El Caribe ante la mejor versión de Vizcaya
Con cuatro apariciones en siete juegos y una nueva efectividad inmaculada tras cinco episodios en los que sumó tres rescates, el barquisimetano ha sido todo lo que Alguacil y compañía podían pedir ante la pérdida de Bracho.
«Me encanta la responsabilidad que estoy llevando. La adrenalina en la que he estado, me siento muy bien», comentó el apagafuegos. «He estado trabajando constantemente con los coaches de pitcheo, con los muchachos. Me siento muy contento por todo lo que estoy haciendo, por el trabajo. Siempre entrando agresivo, atacando a los bateadores y haciéndolo lo más rápido posible», añadió.
Ahora, como líder de un bullpen venezolano que ha estado intratable durante todo el torneo, tal como lo reflejaba su efectividad colectiva de 0.74 y su WHIP de 1.01 antes del encuentro de la semifinal frente a Colombia, Vizcaya destaca el compañerismo que prevalece dentro de un variado cuerpo de relevistas criollo.
«Estamos muy unidos, hablamos mucho y nos ayudamos unos a otros. Sé que hay algunos que no han participado, pero están tranquilos, nos están motivando y lo más importante es el apoyo de todo el equipo», enfatizó.
Después de tantas pruebas superadas, solo un objetivo permanece en la mente de Vizcaya en la actualidad; especialmente cuando todo podría materializarse frente a miles de sus compatriotas, que no han podido celebrar un triunfo caribeño en más de una década.
«Quedar campeón de la Serie del Caribe. Eso es lo que me faltaría aquí. Y hacerlo en mi tierra, sería un orgullo total», aseguró.