Las categorías menores de la Vinotinto han traído las últimas alegrías al país. La más reciente con la sub-17 al clasificar a la Copa del Mundo de la FIFA. La gran obsesión de la nación es ir al Mundial de fútbol campo masculino categoría absoluta. Una necesidad que emana desde los fanáticos, pasa por la prensa y desemboca en la Federación Venezolana de Fútbol. Por los momentos la ilusión reposa en los juveniles, en esa categoría de relevo. Para muestra un botón: toda la fe depositada en los subcampeones del mundo sub-20, en Corea del Sur 2017 para la Vinotinto adulta.
Desde el anonimato hasta la gloria fue el camino que recorrieron estos aguerridos chamos, aún en etapa de formación. Por edad no pueden votar ni entrar a una discoteca legamente, pero son héroes nacionales en plena adolescencia. Sin embargo, muchos se preguntan, ¿la Vinotinto sub-17 será la salvación del balompié criollo? La respuesta es corta: no.
Representan una gran alegría y ahora deben prepararse para un Mundial que se disputará entre el 10 noviembre y el 2 de diciembre. La sede aún está por definir, pero seguramente será en Asia. El duelo ante Ecuador será una buena prueba de fuego, como la posibilidad de que algunas piezas asistan al Maurice Revello con la Vinotinto sub-23. Pero hasta ahí. El trecho de la sub-17 a la absoluta es largo y sinuoso.
Calma y cordura
Como en su momento dijo Eleazar López Contreras, expresidente de Venezuela, hay que tener calma y cordura. La historia de estos chamos es de Netflix. En medio del divorcio de la FVF con Pascual Lezcano, que desembocó en la salida de José Néstor Pekerman de la Vinotinto, este grupo quedó huérfano. En el pasado, las formas de obras de Lezcano habían espantado a Daniel Brizuela, jefe de scout, y Damián Ayude, quien iba a ser el DT. Acéfalo su cuerpo técnico, pero con los informes de Brizuela y Luis Ángel Sánchez, Cristian Pandella no dejó en la calle a estos muchachos. Ricardo Valiño, en rol de interino, con su CT lograron escribir un guion al mejor estilo de «Slumdog Millionaire«.
Pero es una categoría sub-17. México ganó dos Mundiales de esa edad (2005 y 2011), no solo que no llegó al fulano quinto partido, sino que en Qatar ni siquiera pasó de la fase de grupos.
¿Qué pasó con la camada de 2013, esa Vinotinto que casi gana el Sudamericano en Argentina con Rafael Dudamel? Sus dos grandes figuras fueron Ronaldo Peña y Andrés Ponce. El primero es ficha de UCV, colista de la Liga FUTVE y que busca su primer triunfo en el certamen doméstico tras 10 fechas, el segundo en Akron Togliatti de la categoría de plata de Rusia.
Para muchos sería un «fracaso», pero ambos lograron lo que muy pocos hacen, convertirse en futbolista profesionales con periplos en el exterior. El problema son las expectativas con las que se les valoró por un torneo de adolescentes. La Vinotinto no necesita salvadores o mesías, necesita un trabajo serio y con continuidad.
Esperanzas en la Vinotinto sub-17
Es innegable que el jugador más hecho en esta Vinotinto es David Martínez. La «Joya» tiene en su CV una final de la Liga FUTVE -con penal incluido- y presencia en CONMEBOL Libertadores con Monagas SC. Aparte fue una de las presencias que refrescó a la sub-20. Es el proyecto más interesante de jugador. Con un talento que recuerda al de Adalberto Peñaranda o Yeferson Soteldo, pero con la mente más centrada. Sin embargo, dependerá de las lesiones para que su progresión no sea cortada como la de Ronald Vargas, Yangel Herrera o Wuilker Faríñez. El fútbol y la vida es caprichosa, no se puede asegurar que el oriundo de El Tigre será un sucesor de Juan Arango, Stalin Rivas o Luis Mendoza, porque una mala entrada te puede cambiar la vida. Si no lo creen, pregúntenle a Radamel Falcao que se lesionó en una Copa Francia, contra un elenco de la cuarta división gala.
Pero más allá del brillo de Martínez esta un apellido ilustre: Juan Fernando Arango Tortolero (Girona, España). Pieza importante. También del scouting salieron hijos de la migración que dieron un buen aporte: Santiago Silva (Rayo Vallecano, España), Andrew Pereira (NOB, Argentina) y Leenhan Romero (Universidad Católica, Chile). Los cuatros anteriores juegan allende a la fronteras de la tierra de Bolívar. Sin embargo, hay otros talentos que más pronto que tarde desfilarán en la Liga FUTVE: Lucciano Reinoso (Caracas), Mayken González (Deportivo La Guaira), Giovanny Sequera (Metropolitanos), Enmanuel Meléndez (UCV) o José Correa (Nueva Esparta). Algunos ya debutaron como Juberth Bermúdez (Mineros de Guayana) y Junior Colina (Rayo Zuliano), este último ya facturó en primera.
Más que exigirles que sean salvadores, se le debes agradecer a estos chamos su resilencia y entrega. Augurarles un futuro sin lesiones, en que tomen buenas decisiones en su vida personal y sus futuros destinos. El dinero es importante, pero no siempre será el mejor consejero para labrar una buena carrera. Recordar que son categorías formativas y que con un par o tres jugadores que se consoliden en la absoluta, se puede hablar de un buen trabajo. Indiferentemente de si ganan el Mundial sub-17 o si se regresan luego de la fase de grupos.