Venezuela y el Clásico: un cuerpo técnico sin mayores objeciones

Carlos Valmore
Carlos Valmore
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No encuentro razones de peso para objetar el cuerpo técnico que acompañará a Omar López al frente de la selección nacional venezolana para el Clásico Mundial de Beisbol.

Hay cierta matriz de opinión, profundamente equivocada, según la cual un gran expelotero es siempre un excelente coach. No es así, y la evidencia lo comprueba. Muchos de los grandes instructores del beisbol profesional fueron intrascendentes, insignificantes jugadores. Eran hombres que tenían el juego bien aprendido en la cabeza, pero carecían de cualidades técnicas para ejecutarlo. Igualmente, ha habido beisbolistas de inmensa calidad que no tenían ni la menor idea de cómo sobresalían en el campo. Solo salían allá a y dejaban que su talento natural actuara. Otros, simplemente, carecen de la vocación decente que exige el oficio de entrenar a terceros.

Ninguno de los técnicos de Venezuela fue excepcional en sus días de activos. Pero ellos no van al Clásico a jugar, sino a tomar decisiones y a orientar a quienes se desplegarán en el diamante.

Y en eso son buenos. Algunos tienen rango de bigleaguers en su faceta de adiestradores.

El mejor ejemplo es el propio Omar López, quien como pelotero no pasó de clase A, pero tenía el beisbol bien aprehendido en su mente. Por eso logró escalar hasta ser coach de los Astros de Houston, campeones de las mayores este año. López ha mostrado dotes de estratega en Venezuela al frente de Caribes de Anzoátegui.

Carlos Mendoza no llegó a las Grandes Ligas como jugador ¿Mas puede alguien negarle idoneidad como técnico al coach de banco de los Yanquis de Nueva York? Las cualidades organizativas y el conocimiento de los métodos de trabajo más avanzados que distinguen a Mendoza los tienen muy pocos monitores venezolanos. Era un nombramiento casi obligado para el Clásico.

Para coach de bateo, nadie superaba el status de Rodolfo “Popy” Hernández. Y aquí volvemos al comienzo. Claro que Venezuela ha tenido a extraordinarios toleteros ¿Cuántos de ellos están capacitados para enseñar al más alto nivel? ¿A cuántos les interesa ese oficio? Hernández es el único asesor de bateadores venezolano con rango de grandeliga. Él no se destacó pegándole a la bola cuando era jugador profesional, pero se preparó para ayudar a otros a ser mejores.  Eso lo sabe hacer. Por eso forma parte del gabinete de los Mellizos de Minnesota. Y eso es lo que interesa. No su currículum como beisbolista.  

Rouglas Odor, el coach de primera, jamás llegó a las mayores porque carecía de condiciones naturales para escalar tan alto, pero lleva años demostrando dentro de los Indios/Guardianes de Cleveland que sabe transmitir conocimiento. No en balde ha dirigido tres temporadas a la filial AA de la organización, donde se concentra buena parte de lo mejor del porvenir de la franquicia. Lo mismo puede decirse de Ramón Borrego, el coach de tercera de Venezuela y mánager de la sucursal AA de los Mellizos de Minnesota desde 2019.

Para el cargo de coach de pitcheo había buenas opciones, una de ellas el personaje que recibió la responsabilidad: Iván Arteaga. El otrora serpentinero derecho es una de las personas que mejor explica el arte de lanzar. Es alguien que se ha preparado a conciencia, incluso para manejar el aspecto psicológico del oficio monticular. En cuanto a Luis Ramírez, el coach de bullpen, también trabaja a escala de MLB.

Hay tres técnicos venezolanos que por su trayectoria y logros despuntan sobre los demás: Oswaldo Guillén, Miguel Cairo y Alfredo Pedrique, los únicos criollos que han dirigido en MLB. Ninguno de los tres está en este cuerpo técnico. Cualquiera de ellos podía estar al frente del equipo nacional. La elección de la Federación Venezolana de Beisbol fue López y hay muy buenos motivos para esa escogencia. Ojalá le vaya bien, a él, a los coaches, a los peloteros y a Venezuela para poner fin a esa enorme frustración que para este país ha representado el Clásico. Estoy convencido de que el cuerpo técnico es el adecuado para pensar el torneo, preparar al personal y conducirlo por la senda del éxito. Mas no perdamos de vista que hay otras selecciones que deben pensar lo mismo sobre ellas y disponen de personal igual o mejor que el del plantel nacional.

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