Los entrenamientos primaverales, como cada año, tienen diferentes propósitos, dependiendo de la condición de cada jugador. Para los estelares, es simplemente una etapa de preparación rumbo a la temporada, sin importar los resultados. Sin embargo, para quienes buscan un trabajo, con estatus de novatos o veteranos, el Spring Training puede ser la diferencia entre vivir un sueño en las mayores o unirse a la fila del desempleo. En el caso de tres venezolanos este año, la situación forma parte de un tercer grupo.
La tercera camada es aquella que está formada por peloteros que, pase lo que pase, tienen previsto generar un impacto en sus respectivos conjuntos, pero que cuentan con el deseo y el expediente para acelerar sus ascensos al máximo nivel, contrario a los planes iniciales de sus divisas.
Uno de los criollos en esa situación en la primavera de 2023 es Edgar Navarro, de los Medias Blancas de Chicago. El nativo de Ciudad Bolívar es un lanzador de 25 años de edad que todavía no ha realizado su estreno en la gran carpa, pero que salvo algún inconveniente físico o declive sorpresivo, se graduará con honores en algún punto del año en curso.
Se metió en los planes en 2022
Edgar Navarro levantó la mirada del alto mando de los patiblancos el año pasado, cuando tuvo un sólido desempeño en tres categorías distintas de las granjas, incluyendo a Triple A. El derecho registró una efectividad de 3.64, con un WHIP de 1.43 en 45 apariciones, todas como relevista.
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Los oponentes le conectaron apenas para .188 de promedio y cosechó 69 ponches en 54 entradas y un tercio de labor. Y por si eso no fuera suficiente, el venezolano, que se encuentra en los entrenamientos primaverales del equipo grande como invitado, ha impresionado en las primeras de cambio del actual spring.
El mánager del conjunto, Pedro Grifol, ha bañado de elogios a Navarro en estas semanas inaugurales, indicando que el criollo cuenta con un «repertorio potente» y un «sinker élite«. Los del sur de Chicago tienen a varios candidatos para uno o dos puestos en el bullpen rumbo al comienzo de la temporada y el joven prospecto se perfila como uno de los primordiales.
Un veterano con mucho por demostrar
Un caso distinto, pero al mismo tiempo similar, es el de Eliéser Hernández con los Mets de Nueva York. El derecho no es un prospecto; de hecho, cuenta con 90 juegos de experiencia en el máximo nvel, todos con los Marlins de Miami, divisa de la que formó parte hasta este pasado invierno.
A lo largo de esas apariciones, Hernández se alternó con frecuencia entre la rotación y el bullpen. El diestro registró 48 aperturas en ese lapso con los peces y su mejor rendimiento llegó justamente como iniciador.
No obstante, en una rotación repleta de grandes nombres en Queens, la oportunidad que le pueden ofrecer los Mets a Hernández, por lo menos en un comienzo, es como miembro de su cuerpo de relevistas.
Nueva York tiene previsto trabajar como abridores a David Peterson y Tylor Megill durante la actual primavera, lo que puede ser una señal de que ambos iniciarán la temporada en las ligas menores y servirán como profundidad en caso de que sea necesario a lo largo del año.
Hernández, de 27 años de edad, también está siendo llevado como iniciador, pero se encuentra un poco retrasado en cuanto a los procesos de Peterson y Megill; por lo que, con un buen desempeño que lo acompañe, el nativo de Ocumare del Tuy podría revertir los planes iniciales de la organización y colarse como miembro de su bullpen para la jornada inaugural.
Con la montaña más empinada entre los tres venezolanos:
Mientras tanto, otro prospecto criollo que podría dejar boquiabiertos a muchos con un arribo inesperado a las mayores a finales de este mes es Moisés Gómez, de los Cardenales de San Luis.
El jardinero, de 24 años de edad, implantó un récord de cuadrangulares en una misma campaña para un jugador de las menores de los pájaros rojos con 39 bambinazos en 2022. En general, entre Doble A y Triple A el año pasado, Gómez registró una línea ofensiva de .294/.371/.624, con 25 dobles y 94 carreras remolcadas.
La gran traba para el caraqueño en su carrera ha sido la cantidad de ponches que recibe. En Doble A, el patrullero se comió 90 recetas por apenas 27 boletos, mientras que en Triple A obtuvo 84 chocolates por 25 pasaportes.
Debido a ello, los Cardenales han trabajado con Gómez en esta primavera para que intente ver los pitcheos por más tiempo, que ocasionalmente pueda irse hacia la banda contraria y que pruebe con un swing más cerrado.
De cualquier forma, si el guardabosques continúa castigando al pitcheo contrario a punta de vuelacercas, es muy posible que San Luis considere brindarle una oportunidad tempranera a ver cómo responde ante el pitcheo de las Grandes Ligas.