El escándalo que ha sacudido al fútbol español es el pago del Barcelona, durante años, a una empresa del vicepresidente del Comité de Árbitros. La información la reveló el programa Què t’hi jugues de la Cadena SER, sobre el erogación 1,4 millones de euros, entre 2016 y 2018 a la empresa Dasnil, propiedad de Enríquez Negreira. El ex árbitro y su hijo estuvieron más de una década dando un servicio de asesorías a los azulgranas. Lo que empezó como una investigación de Hacienda, pasó a la Fiscalía.
Este escándalo de Barcelona con los árbitros data desde 2001, cuando era presidente Joan Gaspart (2000-2003). El vínculo continuó con:Joan Laporta (2003-2010), Sandro Rosell (2010-2014) y Josep Maria Bartomeu (2014-2020). Si bien Laporta se quiere lavar la manos y empieza con un pensamiento conspiranoico, que es una investigación para perjudicar al líder de la Liga. En su primer mandando fue cuando se incrementó el gasto hasta llegar a medio millón de euros rumbo a Dasnil. Lo que destapó la sospechas, porque Negreira no declaró su aumento de patrimonio.
¿Qué recibía Barcelona sobre los árbitros que valiera este escándalo?
Suena muy turbio que Barcelona le pagara unas cantidades desproporcionadas al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, un conflicto de intereses a todas lucesy un escándalo. La reputación de més que un club, se ve lastradas. Para colmo, las versiones de José María Enríquez Negreira no coinciden con las declaraciones de su hijo. El progenitor habló de que no hay documentos porque el «asesoramiento técnico era verbal», pero su vástago, Javier Enríquez, habla de documentos. Todo mal. Sin contar que el ex árbitro una vez tuvo un problema con la Federación Catalana por un tema de facturas.
¿Pero que hacía esta empresa? Le entregaba en al Barcelona un informe escrito y en un video en DVD sobre los árbitros, ningún escándalo ahí. En donde se analizaba el perfil de los colegiados para la Liga y la Copa del Rey, tanto del primer equipo o del filial. información de como actuaban ante la presión o que contactos derivaban en una amonestación. Esto llegaba a los cuerpos técnicos. El problema no es tanto el servicio, que todos los clubes élites lo tienen, sino el conflicto de intereses.
«Cuando se disponga de la información suficiente, la federación adoptará las medidas correspondientes dentro del marco de legalidad que debe imperar en todas estas situaciones”, explicó la Real Federación Española de Fútbol. El ente rector del balompié hispano se lavó las manos y recordó que cuando llegó su presidente, Luis Manuel Rubiales, en 2018, hubo una movida de mata, donde salió Negreira. Justo un mes después, que Bartomeu, en supuesto recorte de gastos, había prescindido de sus servicios.
Extorsión y prescripción
Pero este escándalo del Barcelona con los árbitros tiene otros capítulos turbios. Luego de percibir aproximadamente 7 millones de euros por parte de lo culés por sus asesorias, aún así quiso más cuando se cortó el vínculo en 2018. Envió una carta a Bartomeu, donde exigió 267 mil euros más, que según sus argumentos estaban pendientes.
«Si el Barcelona no paga, Enríquez Negreira se sentirá liberado de cualquier deber de fidelidad y/o confidencialidad en relación con el FC Barcelona así como para con todos los presidentes con los que ha tratado, en especial el señor Bartomeu”, soltó uno de los burofax. Una extorsión de manual. Más picante a un caso que ha sido un sismo en el balompié español.
¿Quedará impune Barcelona por este escándalo con los árbitros? La Ley del Deporte en España establece, desde 1990, que una infracción muy grave prescribe a los tres años. El último pago de Barcelona fue en 2018. A nivel nacional se salva. Pero UEFA y FIFA, en sus normas reguladoras contemplan posibles sanciones. Las más draconianas serían un descenso o la expulsión de las competiciones europeas. Pero el daño reputacional será uno de los más graves para un equipo en mala situación económica y que necesita prestamos para llevar adelante el Espai Barça.