La tercera victoria al hilo de Tiburones de La Guaira en el Round Robin, les ascendió al primer lugar de la tabla de posiciones. La mayoría de sus integrantes y aficionados decidieron dormir con esa imagen tatuada en la mente tras superar a Cardenales de Lara en el Estadio Universitario, sin esperar el resultado de un trasnochado encuentro en Maracay. El liderato del cardumen se certificó a las 3:00 de la mañana, con el triunfo de Leones del Caracas sobre Tigres de Aragua. Tanto litoralenses como capitalinos, exhiben foja de 4-3.
Pero la celebración guairista fue inmediata, luego de dejar en el terreno a los alados 7-6 en la capital del país. Comenzó sobre el terreno, donde Maikel García se encumbró como el héroe de la noche con tres carreras impulsadas, incluida la del undécimo inning, para terminar el duelo. Siguió en el clubhouse, donde la samba sonó y emocionó a todo aquel que le guste el beisbol, sin importar afición o profesión. Y se multiplicó en sus seguidores, quizás, los más fieles de la pelota rentada local. 5.426 personas pagaron entrada para ver el encuentro en el parque de la UCV, un lunes de enero.
Quien sea fanático de La Guaira, lo es por herencia familiar o porque valora su rica historia, es decir, por puro y auténtico amor. Se sabe que, por títulos recientes no, luego de una sequía (por ahora) de 36 años. Eso hace de La Guaira un equipo con una mística especial. Ningún aficionado ha desarrollado su capacidad de paciencia, en todo aspecto de la vida, como el de La Guaira. Y también, ningún aficionado, posiblemente, sea más alegre que el guarista.
La fiesta de Tiburones
Dentro de las rayas de cal, ha sido una temporada gratificante para Tiburones, aún más si se toman en cuenta las dos campañas consecutivas de ausencia en postemporada. Hubo un evidente divorcio entre directivos, jugadores y seguidores que parecía insalvable. Pero entonces, llegó César Collins y con su «¡firmado!» resucitó la ilusión perdida. Convenció a escépticos con trabajo. ¿La clave? Tender puentes para la comunicación, algo tan básico, y a la vez tan inexistente en campañas recientes.
«¡No, no hemos ganado ningún campeonato!. Pero ganamos hasta el momento algo muy valioso en la temporada, devolver la fe, esperanzas y unión a una fanaticada de Tiburones, con la misma unión del equipo. Los videos y fotografías lo demuestran», escribió Fernando Oduber, fotógrafo del club y autor de la -ya mítica- instantánea de Ronald Acuña Jr., luego del jonrón en su primer turno con el equipo. Desde ese momento, la fiesta explotó con elementos de realidad.
No es muy temprano para hacer análisis. Tampoco para que sus seguidores celebren. Tiburones tiene licencia para disfrutar al máximo cada paso del camino.