Ningún tipo de remordimientos. Nada ahora mismo afectan al exmanager de los Mets de Nueva York, Terry Collins, después de ser de alguna manera señalado por la debacle que tuvo el estelar lanzador venezolano Johan Santana tras aquel primer juego sin hits ni carreras conseguido por un lanzador de la franquicia de Queens en 2012.
A pesar de que se trató de un hecho histórico, hubo opiniones encontradas. La gran cantidad de lanzamientos que realizó el zurdo para conquistar la proeza, generó polémica. Especialmente, tras una temporada después de haber sido operado.
En total fueron 134 los envíos que realizó Santana contra la ofensiva de los Cardenales de San Luis, la cifra más elevada entre los 360 en los que intervino durante toda su carrera. Esta situación no causó del todo conformidad, porque hubo (o hay) quienes creen que, dado su estado físico luego de la intervención quirúrgica, debía salir de la lomita antes.
11 años después de aquel memorable no hit no run, Terry Collins confesó al portal Newsday.com, que aunque esa sensación incómoda por haber mantenido a Santana que lo atormentó por mucho tiempo, ya está en el olvido. Lo superó y no siente arrepentimiento alguno.
«Ahora miro hacia atrás y me alegro de haberlo hecho. Me alegra que haya tenido la oportunidad», manifestó el exmanager, que desde 2017 se encuentra alejado de los terrenos de juego.
Santana nunca lo culpó
De acuerdo con el trabajo de Newsday, uno de los factores que ayudó a Collins a dejar atrás el remordimiento fue el propio Johan Santana. En diversas oportunidades, el venezolano aseguró que ese juego no adelantó el final de su carrera por más razones que se deseen buscar.
“Después de eso, dije ‘sabes qué, olvídalo’. Se merecía su oportunidad”, le dijo el mandamás que dejó récord de 994 triunfos y 1.017 derrota en 13 zafras. Llevó las riendas de los Astros de Houston (1994-1996), Angelinos de Anaheim (1997-1999). Cerró con los Mets (2011-2017).
Terry Collins tuvo apoyo
Así como hubo un significativo grupo de críticos, tanto analistas, como jugadores y fanáticos, que nunca comulgaron con la decisión de Collins, hubo otros que se sintieron satisfechos. Incluso, recibió innumerables muestras de apoyo una vez que fue sometido, de cierto modo, al escarnio público.
En diversas oportunidades llegó hasta a encontrarse con fanáticos del equipo. Ellos, más que reprocharle, le agradecieron por haber permitido que Johan Santana les diera la alegría de celebrar por primera vez un hito de esta magnitud.
Entre esos aficionados estuvo un hombre que asistió al encuentro con su padre, que luego de eso murió, y que vivió una noche muy especial para el recuerdo.
«Aquella persona me dijo: ˜si alguna vez podía verte, quería agradecerte por dejarlo. Fue una de las mejores cosas que tuve que hacer con mi padre», relató Collins. Además, confesó que antes del partido acordó con “El Gocho” no dejarlo realizar más de 115 pitcheos.

Después de ese compromiso frente a los pájaros rojos, Santana pudo intervenir en solo 10 aperturas antes de que el 17 de agosto de 2012 volviera a presentar inconvenientes en el brazo izquierdo. Esa lesión lo apartó de manera indefinida de los campos de MLB.
“La verdad es que ese año, mucho antes de ese encuentro, ya el brazo no se sentía bien. Estaba débil. Muchos dirán que ese juego terminó todo, pero no es así”, explicó Santana durante la entrevista.
Sin embargo, no un ápice de arrepentimiento en el cuerpo de Johan Santana. Cada lanzamiento de ese duelo lo enorgullecen, por lo que si perjudicó o no a su físico, es lo de menos.
“Yo mismo sabía que cuando me diera un hit, me iba a salir del juego”, continuó. “Era una oportunidad que se iba a acabar. Afortunadamente no se terminó”.