Sandy Gastón no bateaba ni un coco, pero los tumba a cien millas

Carlos Valmore Rodríguez
Carlos Valmore Rodríguez
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La biografía del pitcher cubano Sandy Gastón es más interesante que sus números con Bravos de Margarita. Comencemos con su edad: 21 años. Desde el jardinero estadounidense Joc Pederson con Cardenales de Lara en la temporada 2013-2014 no se veía por los predios del beisbol profesional venezolano un importado tan joven, según el motor de búsqueda del portal Pelotabinaria.com.ve

A su corta edad, ha vivido mucho.

Sandy Gastón, capaz de disparar a cien millas hacia cualquier punto cardinal, llegó a Bravos recomendado por los Rays de Tampa, organización dentro de la cual los ejecutivos de Margarita han cultivado buenas relaciones. “Preguntamos por un pitcher con recursos como para ayudar en una liga como la venezolana”, contó el gerente deportivo de los insulares, José Manuel Fernández.

“Nos importaba más el stuff que las estadísticas. Si nos hubiésemos guiado solo por los números, tal vez no lo habríamos traído, pero nos interesaba más su material. La sugerencia fue él y la acogimos, Sabemos cuan bien preparan a los pitchers en Tampa”, expuso Fernández.

Y así vino Sandy Gastón a la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, con todo y su 7.09 de efectividad y 9.2 boletos por cada nueve innings en clase A fuerte durante 2023.

“Estoy agradecido con el chance y la confianza, todo es un aprendizaje”, dice Gastón al terminar su alistamiento en el bullpen izquierdo del estadio Universitario, sede provisional de los neoespartanos. “Se acabó la liga allá y me seguí preparando. Me preguntaron si tenía planes para lanzar en invierno y les dije que no, pero que sí me interesaba porque quería vivir esa experiencia”.

El camino de Sandy Gastón en la pelota comenzó donde nació el beisbol cubano: el estadio Palmar del Junco de Matanzas, llamada la Atenas de Cuba. “Yo vivía detrás del estadio Cerro Pelado de Matanzas, pero en mi familia nadie jugaba. Yo sí veía los partidos del equipo local”, relata Gastón.

“A los siete años de edad me interesé en el beisbol y poco a poco los entrenadores empezaron a preguntarme si no quería tomarme el deporte más en serio. Mis primeras enseñanzas las recibí en el Palmar del Junco, donde jugué hasta los quince años, cuando salí de Cuba.. Tuve muchos entrenadores que me ayudaron. Ya para entonces quería convertirme en lo que me estoy convirtiendo”, contó.

Sandy Gastón y sus inicios como tercera base

En sus comienzos, Sandy Gastón cuidaba la tercera base. “Bateaba bien la recta, pero desde que inventaron la curva no le pego ni a un coco”, suelta entre risas. “Como tenía buen brazo decidieron hacerme pitcher cuando tenía como once años. Desde entonces soy lanzador”.

El recorrido habitual de los aspirantes a atletas de alto rendimiento en Cuba comienza en las Escuelas Superiores de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) y desemboca en la Serie Nacional. Sandy Gastón tomó un atajo. “Lastimosamente, en Cuba no tuve el chance de enseñar todo mi talento y salí a buscar mi sueño de formar parte de una organización de MLB y lanzar en las Grandes Ligas”, apunta el diestro antillano, quien dejó su país a los quince años.

Para su fortuna, lo hizo por aire. “Fue un proceso largo, como de año y medio, una vez que mi familia y yo tomamos la decisión de dejar todo atrás. Me fui para Haití en un vuelo comercial. En ese sentido, mi historia no fue tan traumática”.

Aún así, no estuvo exenta de penurias. La estadía en Haití lo marcó. “No te puedo explicar lo que viví allí. Jamás imaginé conocer cosas así”, rememora Sandy Gastón.

“Imagínate, en Haití con quince años dando vueltas por carretera, que si las lomas, que si súbete a un bus, que si pásate a una moto, que si métete en el maletero de un carro. Esas cosas te chocan, pero tuve que vivirlas, dejar todo atrás con una meta en mente. Y llegué a Dominicana, donde pasé un año trabajando duro en las instalaciones de los Rays. Voy para seis años con ellos y sigo aprendiendo”, expuso.

La principal lección por asimilar es controlar el poder de su recta. A eso vino. “Yo nací con el don. Siempre tiré duro. Puedo tocar las 101 millas por hora y tirar consistentemente a 97, 98. Pero me estoy enfocando en localizar más, pues en eso estoy fallando”, expone. “Debo trabajar el comando, es lo que me exigen. Localizar los pitcheos es lo que me va a llevar a Grandes Ligas”.

José Moreno dirigirá a Bravos de Margarita en la temporada 2023-2024 de la LVBP
Foto: Prensa Bravos

Por eso Sandy Gastón agradece al mánager de Bravos, José Moreno, y a al coach de pitcheo Giovanni Carrara por ser tan solícitos con él. Está encantado con la LVBP. Aquí sigue lidiando con el descontrol (cuatro boletos en 4.1 innings), y también tumbando cocos a casi cien millas por hora (siete ponches en 4.1 tramos, con 4.15 de efectividad y 1.85 de WHIP).

“Lo que más me gusta es el ambiente de la pelota del Caribe, como es en Cuba”, comparte. “El tambor, la bulla, los fanáticos. Pero lo que más me ha impresionado es la calidad de los bateadores. Aquí hay muchos veteranos que jugaron en Grandes Ligas, son bateadores de nivel. Y eso me permite seguir aprendiendo, porque falta mucho por recorrer”.

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