Salvador Pérez no tardó mucho en ejercer sus dotes de liderazgo con las Águilas del Zulia. Ingresó al roster del equipo rapaz mientras viajaba de Maracaibo hacia Puerto La Cruz y completó su regreso a la LVBP tras nueve años de ausencia. Pero antes de tomar su primer turno en el Estadio Alfonso «Chico» Carrasquel, quiso bajar un poco la tensión en el complicado momento que atraviesa el conjunto.
«Este es el día a día. Todo el mundo sabe que vengo de Kansas City, así como ganamos en 2014 y 2015, nos costó llegar. Esto es un proceso, lo importante es que los muchachos están bien animados» declaró el estelar receptor al circuito radiofónico zuliano.
Pérez disputó las Series Mundiales a las que hizo referencia con los Reales. Perdió la primera en siete juegos contra los Gigantes de San Francisco y tomó revancha en la siguiente en cinco desafíos frente a los Mets de Nueva York. En esa última, resultó el Jugador Más Valioso del Clásico de Otoño.
El carabobeño tiene entera disposición de acompañar a la divisa naranja hasta el Round Robin, una misión que luce cuesta arriba si se considera que tienen siete derrotas seguidas, hasta antes de la jornada del 16 de diciembre. Pero aún con verídicas posibilidades matemáticas, al restarle nueve duelos del calendario y estar a 2.5 juegos del sexto lugar de la tabla de posición, el último que ofrece acceso al Play In.
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Salvador Pérez, sin rencores contra Tiburones
Antes de haber sido convocado siete veces al Juego de Estrellas, adjudicarse cinco Guantes de Oro o hasta cuatro Bates de Plata en las Grandes Ligas, Salvador Pérez fue el Novato del Año de la pelota rentada local, en el certamen 2012-2013.
Lo hizo con Tiburones de La Guaira, divisa a la que retornó en el ruedo siguiente, pero nunca más volvió.
«Tenía tiempo que no jugaba acá en Venezuela y ellos (la gerencia litoralense) tomaron la decisión de cambiarme», mencionó Pérez. «Pero no tengo nada malo que decir de La Guaira, es tremendo equipo, están jugando muy buena pelota, con tremendo staff técnico. Allí viví mis primeros días en Venezuela».
Un hecho que también influyó en su deseo de uniformarse de aguilucho es el que le une a su esposa zuliana.
«Aún me acuerdo cuando me cambiaron de los Tiburones para acá. Estoy feliz de estar de nuevo en mi país, con las Águilas, con la fanaticada», aseguró.
En el nido esperan que su voz de mando comience a surtir efecto cuanto antes. No tienen más tiempo que perder.