El Salón de la Fama del Beisbol Venezolano está incompleto sin “Ramichan”  

Carlos Valmore
Carlos Valmore
Alex Ramírez / Foto: Yuki Kameda/Cárdenas Sports Media
3
(2)

No hacía falta la exaltación de Alexander Ramírez al Salón de la Fama del Beisbol Japonés para saberlo un auténtico inmortal de la pelota venezolana. Pero ahora la convicción se vuelve obligación.

“Ramichan” es el primer latinoamericano en recibir tan elevadísima distinción. Este dato es relevante dentro de una sociedad, la nipona, acostumbrada a mirar hacia adentro e impenetrable, por siglos, para los foráneos. El caraqueño Ramírez es un “gaijín” (extranjero) reverenciado. Un samurái del deporte capaz de superar con creces (81,7) el 75% de votos requeridos para la admisión en el templo.

Ramírez abrió los puertos japoneses a cañonazos. En 7.152 apariciones golpeó 380 jonrones, remolcó 1.272 carreras, promedió para un imperial .301 con .523 de slugging. Así se introdujo en los corazones de la afición, y allí sigue sembrado.

La liga profesional japonesa (NPB) solo la supera en calidad, jerarquía y riqueza por MLB. De allá salen peloteros vendidos por decenas de millones de dólares a la Gran Carpa. Triunfar en ese circuito, donde las agotadoras sesiones de entrenamiento resultan insoportables para no pocos forasteros, está al alcance, únicamente, de jugadores especiales, capaces, además, de adaptarse a una cultura totalmente ajena a la occidental.


Lee también: Dos peculiares regresos de la temporada en la LVBP


Ramírez fue tan especial que subió al Monte Fujiyama del beisbol en el archipiélago. Hay tanto respeto por él que fue el primer hombre venido de América Latina en ser nombrado mánager. “Los latinoamericanos tenemos que ajustarnos a este beisbol”, dijo Ramírez al periodista Augusto Cárdenas. “La cultura de este país es totalmente distinta y es a la que tenemos que ajustarnos. La cultura no se va a ajustar a nosotros, el beisbol de acá no se va a ajustar a nosotros. Y eso siempre lo llevo en mente porque fue lo más duro que viví durante mi carrera”.

Por estas razones, Ramírez debería estar en el Museo del Beisbol Venezolano. La pregunta es cuándo. Porque hay una larga lista de espera. En cola siguen estrellas de las mayores como Magglio Ordóñez, figuras del Bigshow como Kelvim Escobar, y Ramón Hernández, visires de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional como Richard Garcés, Juan Carlos Pulido, Luis Raven, Tomás Pérez. Y vienen en camino escogencias obligatorias como Víctor Martínez y Carlos Zambrano.  

En todo caso, a Ramírez hay que abrirle espacio en la boleta del Salón de la Fama Venezolano. Desconocer su contribución como embajador venezolano en el competitivo beisbol japonés sería no solo un acto de injusticia, sino también de desconocimiento sobre lo que significa el Museo del Beisbol asentado en Valencia, estado Carabobo. Ramírez jugó poco en la LVBP y en Grandes Ligas, pero se sentó en el Trono del Crisantemo y por tanto forma parte de la realeza de la pelota venezolana. Ojalá, también, se rescate a los postergados y se puede pagar la deuda con la historia.   

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 3 / 5. Recuento de votos: 2

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Share This Article