El ruso Andrey Rublev, número 6° del ranking ATP, venció en la final de Montecarlo al danés Holger Rune para conquistar este domingo su primer título Masters 1000.
El tenista moscovita logró doblegar a su rival y se quedó con la victoria por parciales de 5-7, 6-2 y 7-5, tras dos horas y 36 minutos de juego.
Rublev acumulaba doce títulos antes de irrumpir en la definición de Montecarlo, pero nunca había conseguido un éxito de este nivel. Las dos veces que lo intentó, en Cincinatti y en este mismo escenario, en Mónaco, ambas en 2021, fracasó.
De esta forma, el número seis del mundo llevó a su historial el decimotercer trofeo, el segundo del año después del de Dubai y el primero de categoría Masters 1000.
Rublev tuvo que remontar
El ruso resistió en una final implacable, donde tuvo que exprimir al límite su capacidad de sufrimiento.
Tras reponerse a la pérdida de la primera manga, Andrey volvió a verse al borde del precipicio, quedando apenas a un punto del 1-5 en el set definitivo. Sobre la arcilla de Montecarlo surgió un jugador dispuesto a apretar los dientes hasta lograr el triunfo final.
Rublev ha completado así una semana trepidante en Montecarlo, donde ha resuelto obstáculos de enorme altura. Andrey subrayó su gran talento en arcilla atravesando un cuadro espinoso, incluyendo tres partidos en los que entregó la primera manga y, tras vencer a Taylor Fritz en las semifinales, atrapando dos batallas ante figuras Top 10 en las dos últimas rondas.
La gira de tierra batida continuará para Rublev la próxima semana en la edición inaugural del ATP 250 de Banja Luka (Bosnia-Herzegovina), donde figura como segundo cabeza de serie en un cuadro encabezado por el No.1 mundial Novak Djokovic.
Rublev sorprendido por su título
Tras ganar la final el ruso comentó «me siento genial, es una gran sensación. Me ha costado mucho, tantas veces perdiendo en la final, en semifinales o incluso antes, pero finalmente gané un Masters 1000. Y lo hice en Mónaco, en un torneo realmente histórico. Es un placer poder formar parte de él».
E indicó que «el objetivo sigue siendo el mismo. Siento que puedo mejorar mucho. Siento que lo estoy haciendo en los entrenamientos. Lo que no sé es cuándo se notará en los torneos. Al final, he ganado el trofeo aquí. El objetivo sigue siendo trabajar duro en esta dirección y mejorar tanto como pueda».
Sobre sus problemas físicos en la final dijo «empecé a sentir espasmos en la zona baja de mi espalda, pero me dije: ‘Cuanto más lo pienses, pero va a ser’. Cuanto más empiezas a pensar en el problema, parece que el dolor es el doble. Intento mantenerme tranquilo y no darle demasiada importancia, al final no fue nada».
«No, nunca he pensado así. Pensaba que si hacía las cosas bien fuera de pista, en términos de entreno, tendría mis opciones de ganar grandes títulos. La cosa es que no sabía cuándo iba a suceder, si este año, el pasado o hace dos, porque jugué dos finales antes, un par de semifinales y no pude conseguirlo. Al final ha ocurrido aquí. Antes de que empezara la semana no me esperaba ganar el título, pero sí una vez que iba ganando partidos» cerró el ruso.
Rune piensa en Roland Garros
Holger Rune analizó el contexto del partido y señala Roland Garros en su calendario.
«Siento que ayer tuve un partido muy largo, terminamos tarde y no tuve mucho tiempo de recuperación. Es lo que hay. Lo he dado todo, no me he dejado nada. Hice todo lo que pude y me he quedado muy cerca. Estaba definitivamente en control en el tercer set, y también en el primero, pero no he sido capaz de cerrarlo. Decepcionante, pero es parte del tenis. Sólo tengo que ver lo que hice mal, lo que puedo hacer mejor y seguir adelante. El torneo más importante sobre arcilla es Roland Garros. Lo que importa es prepararme lo mejor posible para entonces».
Durante la final tuvo varios altercados con el público presente, a lo que comentó «simplemente creo que cuando alguien grita cuando estás sacando, no es normal, por eso le digo a la jueza de silla si le puede decir algo a la grada y, si ella no lo hace, lo haré yo mismo. Se trata de respeto, es importante respetar a la gente, yo la respeto y ellos me tienen que respetar a mí, eso es todo».