Cuando Víctor Davalillo en la temporada 1957-1958 conectó el primero de sus 1.505 hits en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, Jesús Lezama ya tenía 14 campañas aupando al Caracas. Previo al primer juego de la Gran Final 2022-2023, entre Leones y Tiburones de La Guaira, la imagen de ambas figuras compartiendo en el Estadio Universitario, se esparció acorde a sus méritos: como dos números uno.
«Vitico», líder vitalicio en imparables de la pelota rentada local, octavo venezolano en jugar en las Grandes Ligas (1963) y primer jardinero central criollo en ganar el Guante de Oro (1964), recibió un homenaje por la organización capitalina. La leyenda de 83 años de edad realizó el primer lanzamiento del encuentro que dio inicio a la sexta serie por el gallardete entre melenudos y escualos, la primera desde la zafra 1986-1987, precisamente la última de las 30 que disputó el zuliano, y en la que se coronó con los avileños por sexta ocasión en su carrera.
«Chivita», a sus 103 años de edad, se reencontró con Davalillo en la tribuna del parque académico, un feudo por el que ha caminado desde su fundación en 1951. También lo hizo en el antiguo recinto de San Agustín. Los 20 títulos de LVBP en la historia de la franquicia del Caracas, incluidos los del Cervecería y los dos de la Serie del Caribe, le han tenido como el fanático más fiel del club, con su representativa corneta.
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El honor que cedió Davalillo a Lezama
El campeonato 2019-2020 sería jugado en honor a «Vitico», cuyo nombre lleva el premio al Jugador Más Valioso de cada certamen. Sin embargo, problemas de salud que le impedían participar en actos públicos, le hicieron declinar el reconocimiento de la Junta Directiva de la LVBP. Un honor, que terminaría siendo aceptado por «Chivita», como homenaje a su histórica y fiel afición.
La vida de Lezama es tan extensa como llena de hechos llamativos. Nació en Delta Amacuro, pero se crió en Trinidad y Tobago durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, debido al exilio por la vena democrática de su madre, relató hace algunos años a Manuel Ramírez, para El Diario. Estuvo preso 9 meses junto a Aquiles Nazoa, por su carácter rebelde en contra de Marcos Pérez Jiménez. Y tiene 14 hijos, todos caraquistas, menos uno, aficionado al Magallanes.
Davalillo, por su parte, se cataloga por el grueso de excompañeros, rivales, y periodistas que lo vieron jugar en el terreno, como «el bateador más temible que haya pasado por la LVBP». Así también lo asegura el experimentado comunicador José Luis López, en la actualidad asiduo colaborador de LVBP.com. «Vitico» otrora jardinero oriundo de Cabimas, es miembro del Salón de la Fama del Beisbol Venezolano desde el 2003.