El inicio de temporada de Real Madrid invitaba a pensar que los merengues iban a retener el título de Liga de España, poco habitual en el siglo XXI. Solo lo había hecho en la campañas 2006-07 y 2007-08. En la primera 11 jornadas los blancos acumularon 31 puntos de los 33 posibles. En octubre cayeron en un bache, pero luego del Mundial se desdibujaron. La última caída ante Barcelona, los deja a 12 puntos de la cima y en una situación muy comprometida. Prácticamente les queda solo la Copa del Rey y la Champions, en esta última son vigente campeones y siempre favoritos.
Los números de Real Madrid son lapidarios, solo ganando en siete de la últimas siete fechas, para cosechar 25 unidades de 45 puntos, una sangría. Muchas veces con rivales en momentos complicados como Cádiz o Elche. Pero ha fallado en momentos claves contra: Atlético, Betis, Real Sociedad o Villarreal. Una caída libre que complica cualquier aspiración de Liga. La inconsistencia de los merengues ha sido su mayor pecado. Rendimientos individuales que antes eran de Balón de Oro, ahora no están.
«Con la igualada, en el segundo acto se encadenaron las imprecisiones, con dos equipos queriendo jugar a un volumen superior para todos. Para Kroos, por ejemplo. Para Benzema, para Modric… El Real no daba con Ter Stegen, al que no exigió más que alguna paradita. Lo mismo dio que Ancelotti hiciera sonar los tambores y se lanzara al cierre con Vinicius, Benzema, Rodrygo y Asensio», escribió José Samano en El País. Ni en el banquillo está la solución de Real Madrid, que se aferró al rendimiento de Thibaut Courtois y de Vinicius Jr, que esta vez si pudo lucir más ante Araujo y forzó un autogol.

Dudas en el Real Madrid
La figura de Carlo Ancelotti aglutina varias críticas, por más que apuntara los problemas al VAR. Se habla de un retiro o una llegada a la selección de Brasil. El futuro del técnico italiano en Real Madrid no es seguro. Dani Ceballos ha sido un refresco para los merengues, que extrañan demasiado la versión superlativa de Karim Benzema. Los calendarios también han pasado para Toni Kroos y Luka Modric, que no siempre pueden dan un recital. Más con la ausencia de Casemiro, donde aún no terminan de romper Eduardo Camavinga o Aurélien Tchouaméni.
La ausencia de David Alaba pesa y mucho. La versión de Dani Carvajal que secó a Luis Díaz en una final de Champions, solo se ve en momentos puntuales, lo normal es fallos garrafales como en el segundo tanto del Barcelona. El cumplidor Nacho sufrió ante Raphinha y de paso no estará ante Real Valladolid por acumulación de amarillas. Los cañones también apuntan a Federico Valverde, que en el pasado clásico de Liga fue figura y en este se diluyó.
El ataque depende de la creatividad de Vinicius y la defensa se descose por las bandas. El mediocampo no aguanta ritmo tan altos, en Liga. Todo en el certamen doméstico. Porque se sabe bien que cuando suena el himno de la Champions, mucho de estos jugadores se visten de gala, sacan un punto de motivación y no les pega la presión en un torneo donde gobierna el caos dentro del campo. En la regularidad están raspados, pero en la noches grandes son favoritos ante Chelsea.
Thibaut Courtois se sinceró
«Hay que ser honestos, son cuatro partidos de diferencia (…) Aunque seguiremos peleando hasta el final. Habrá que venir aquí para ganar la Copa», asevero Thibaut Courtois, para los micrófonos de Movistar+, luego de la caída ante Barcelona. El belga tildó de «buen partido» el trabajo de los merengues y lamentó el tanto de Sergi Roberto, por su factor psicológico. «El gol del empate encajado justo antes del descanso», reprochó el ex Chelsea.
Como parte del balance de la actuación de Real Madrid, Courtois soltó: «Hemos tenido muchas llegadas y no las hemos podido aprovechar. En el tramo final hemos ido a por la victoria y su gol (el de Kessie en el descuento) ha llegado cuando hemos dejado espacios». El fútbol siempre da revancha y el próximo 5 de abril disputarán la vuelta de la semifinales de la Copa del Rey, en el Camp Nou. La ida la ganaron los culés 0-1, en el Santiago Bernabéu. La otra llave es entre Osasuna y Athletic Bilbao.