Todavía no hay un anuncio oficial, pero sería bastante sorpresivo que un abridor distinto a Pablo López tome la pelota para el primer juego de Venezuela en el Clásico Mundial de Béisbol ante República Dominicana. De cualquier forma, el enfoque momentáneo del venezolano está en el campamento primaveral de los Mellizos de Minnesota, divisa que adquirió sus servicios hace apenas algunas semanas atrás. Hasta ahora, López deja gratas impresiones ante sus nuevos compañeros y coaches.
El diestro, que cumplirá 27 años de edad el próximo jueves, se estrenó en los juegos primaverales este pasado lunes ante los Medias Rojas de Boston y lo hizo con dos entradas en blanco, en las que ponchó a tres de los ocho rivales que enfrentó. Su recta alcanzó las 95 millas por hora en el desafío y el dirigente Rocco Baldelli quedó boquiabierto con lo visto por parte del criollo.
«Parece tener un sentir excepcional de todos sus pitcheos», le comentó Baldelli a The Athletic. «Una gran forma de manipular la pelota, hacer cosas diferentes y estar en la zona de forma constante. Pablo sabe lo que está haciendo la bola porque él está haciendo que haga todo eso. Fue muy bueno de ver. Está allá afuera con una recta de 95 millas por hora y hace lo que quiere con ella», añadió.
El arma principal
Sin embargo, lo que hace peculiar el desempeño de López no es simplemente su velocidad. El nativo de Cabimas no es conocido por ser un lanzallamas, sino por su envidiable capacidad de mezclar sus pitcheos de forma impecable. Con esa sólida recta, el espigado serpentinero también guarda un cambio que ronda la parte alta de las 80 millas por hora y que es uno de los mejores de las mayores en la actualidad.
En la temporada anterior, López utilizó su cambio en 1.027 ocasiones, la mayor cantidad de cualquier lanzador en la gran carpa, y lo que representó el 35% de sus envíos. Los contrarios conectaron para un pálido promedio de .220 frente a ese lanzamiento, abanicando en el 33.9% de todos los swings realizados.
«Todo el mundo sabe que el cambio es mi pitcheo«, señaló López. «Pero al mismo tiempo, tienes que asegurarte de que estás protegiendo ese envío. No quieres lanzarlo de más o abusar de él. Nos hemos sentado y hemos tenido buenas conversaciones sobre mantener en mente cómo se comenzó cada turno y cómo se terminó. Quieres mantenerlos adivinando, no ser predecible«.
Habilidad e inteligencia
Allí es cuando la admirable secuencia de pitcheos de López se convierte en clave. El venezolano ha lanzado su curva en menos del 10% de las ocasiones durante las últimas tres temporadas y posiblemente nunca será su pitcheo principal. Pero eso no quiere decir que el envío sea indiferente en su éxito, por lo efectivo que suele ser en cantidades pequeñas.
«Algunas veces quieres tener más cartas sobre la mesa. Darte distintas opciones. Y la forma en la que consigues eso es, número uno, manteniéndote arriba en la cuenta, y número dos, demostrando que tienes la habilidad de lanzar cualquier pitcheo, en cualquier cuenta, y en strike«, explicó López. «Hacer que lo respeten. Protegiendo el cambio».
Y si bien muchos lanzadores con amplios repertorios fracasan en su intento por engañar a los toleteros en el máximo nivel, Baldelli confía en que la inteligencia del diestro marcará la diferencia; después de todo, esa es otra de las razones por las que López deja gratas impresiones en estas primeras de cambio.
«Tengo el presentimiento de que él será capaz de ejecutar bien muchos de estos distintos conceptos», indicó el estratega. «Por lo general, la ejecución de envíos es un reto para muchos lanzadores. Incluso para brazos grandeligas buenos es difícil. Pensamos que estos chicos pueden ejecutar todos sus envíos de forma consistente, pero ese no siempre es el caso. Con él, pienso que sí lo es».