Andy Murray es, hasta ahora, el protagonista del Australian Open. El británico de 35 años, cinco veces finalista del torneo australiano, remontó un partido espectacular de más de seis horas para mantenerse con vida en el primer Grand Slam del año.
Sin embargo, no desaprovechó la oportunidad para atizar con todo contra el evento oceánico y asegurar que tienen una organización “poco humana”.
«No sé a quién puede beneficiar esto. Si mi hijo fuera recogepelotas y llegara a las 5:00 de la mañana, como padre lo critico. No les beneficia a ellos, tampoco a los árbitros, ni tampoco para los aficionados y los propios jugadores», dijo.
“No nos dejan ni ir al baño”
Sumado a la crítica anterior, Murray recordó un episodio muy curioso que le pasó en plena pista con el juego en desarrollo: no lo dejaron ir al baño.
«Es ridículo. Y no te dejan ni ir a mear. Son las 3:00 de la mañana, has estado bebiendo todo el día. Necesitaba ir al baño. No quieres que nadie se salte las reglas, pero a veces hay que tener un poco de margen», reflexionó.
A su vez, consideró irrespetuoso el trato que le da la organización del evento a todos los involucrados, incluyendo a los jueces de línea y personal de los escenarios en los que se disputa el Abierto de Australia.
«Es una falta de respeto para ti, una falta de respeto para los recogepelotas, una falta de respeto para los jugadores y no se nos permite ir al baño».
Además, antes de finalizar su participación, aprovechó para recordar que «llevamos tiempo hablando de este tema. Empezando los partidos tan tarde estas cosas pueden pasar».