Hay momentos en el que es necesario apagar la mente y Meg 2 es una película perfecta para eso. Después de semanas fuertes con el fenómeno “Barbenheimer” era justo y necesario una cinta dominguera que te mantuviera entretenido y te hiciera reír. Todo esto lo tiene la segunda entrega de Megalodón, que fue vapuleada por la crítica estadounidense, pero el público general vio algo más en el alma de la cinta.
Jonas Taylor (Jason Statham) continúa su protección de los océanos y destruyendo redes de contrabando que destruyen la vida marina. A la par de eso, sigue con la investigación del fondo marino ahora junto al hermano de su expareja fallecida, Suyin Zhang, llamado Jiunming Zhang, quien es socio de Hillary Driscolli, una millonaria que invirtió para la investigación. Durante una inmersión encuentran una operación de minería ilegal en la zona de los megalodontes y comienza una reacción en cadena que traerá criaturas prehistóricas que pondrán en peligro el mundo.
Si esperan que esta película sea Ciudadano Kane o El Padrino están completamente equivocados. Meg 2 es una gran película dominguera con muchos efectos (algunos resultan un poco truchos, pero funcionan) y una historia bastante interesante en sus casi dos horas de duración. Además, un aspecto clave de esta película es el dinero que puso China en su presupuesto de más de 100 millones de dólares.
Ese punto es clave para entender la magnanimidad de la cinta que está muy enfocada en el público asiático. De ese lado del mundo aman con locura las criaturas gigantes y seguramente será un éxito allá, pero de este lado igual funciona muy bien. La primera parte es toda una aventura en las profundidades del mar con tintes de survival con un estilo como The Abyss de James Camero o Viaje al Fondo del Mar. En la segunda parte es una cinta de Asylum con esteroides, para los que no conocen, es la productora que hizo cintas como Sharknado.
¿Por qué el odio contra Meg 2?
Cómo crítico debes exponer aspectos de la cinta que la definen con mala o buena, pero en un tono enteramente subjetivo y eso muchas veces es injusto, en especial cuando lo mides todo con la misma vara y no con el contexto de la cinta. En el caso de Meg 2 su misión es pasar el rato y en eso cumple.
Si nos vamos a la crítica de hueso colorado, podemos encontrar un sinfín de fallas en la historia, en la ejecución y en el resultado, pero hay que entender el contexto. Una película de más de 100 millones de dólares debe tener muy buenos efectos y en gran parte los tiene, aunque hay unos que te dan mucha risa.
Cuando te dicen que la película es sobre un megalodón, ya ahí no puedes pedir realidad ni escenas realistas. Tienes todo un espacio para hacer escenas que desafíen todo lo conocido por el ojo humano, pero te emociona y te hace reír. El género de tiburones tiene un catálogo infinito y Meg 2 entra, por lo menos, en el top 10 de ese subgénero.