Luis Arráez también en búsqueda de reinar en el aspecto defensivo

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Miami Herald

Los Marlins de Miami y todos sus aficionados sabían exactamente lo que estaban obteniendo de Luis Arráez en el cajón de bateo cuando adquirieron al venezolano en la pasada temporada muerta. La «Regadera» bateó para un promedio superior a los .290 puntos en cada una de sus primeras cuatro contiendas en las Grandes Ligas con los Mellizos de Minnesota, incluyendo tres en las que su average estuvo por encima de .300.

Todo eso fue coronado con un título de bateo de la Liga Americana el año pasado, cuando el paleador registró un promedio de .316 puntos en 144 encuentros. Fue la temporada de explosión hacia el estrellato para Arráez, quien también sumó en 2022 su primera invitación al Juego de Estrellas, su primer Bate de Plata e incluso recibió votos para el premio al MVP.

Por eso, su nueva organización no se ha mostrado sorprendida ante el gran comienzo ofensivo del criollo en esta campaña. En sus primeros nueve juegos del torneo, Arráez sacudió para una línea ofensiva de .467/.529/.533, con dos dobles y tres carreras remolcadas.

Responde desde ambos lados:

Sin embargo, hay una herramienta adicional que ha puesto en práctica el nativo de San Felipe que no estaba en los planes. Si bien Arráez nunca ha sido considerado un mal defensor, tampoco ha recibido muchos elogios por su trabajo con el guante.

A lo largo de su carrera, el venezolano ha defendido cada una de las posiciones del cuadro e incluso también ha visto acción en el jardín izquierdo; no obstante, el alto mando de Miami dejó claro desde un comienzo que sus intenciones eran de utilizar a Arráez como camarero de forma exclusiva, al punto de que mudaron al estelar Jazz Chisholm Jr., quien venía desempeñándose como su segunda base titular, hacia el jardín central para abrir espacio.

Pero es posible que en los Marlins nunca visualizaran a un Arráez con la capacidad establecerse como uno de los mejores camareros de la liga. El margen de trabajo es muy corto todavía, pero eso es exactamente lo que ha sido el All-Star hasta los momentos.

«Sabía que era un defensor promedio«, le comentó a MLB.com la gerente general de los peces, Kim Ng. «Pero por lo que he visto, el alcance ha sido mejor de lo que pensé que sería. La agilidad y las manos han sido mejores de lo que pensé. Cuando lo estás viendo todos los días, definitivamente tienes una mejor apreciación de lo que hace día tras día».

Adaptación y trabajo por el oro:

Arráez, quien cumplió 26 años de edad este pasado domingo, no estuvo jugando con regularidad en la segunda almohadilla durante los entrenamientos primaverales, pues defendió la primera base para Venezuela en el Clásico Mundial de Béisbol. Pero antes de marcharse rumbo al torneo, el criollo practicó con el coach Ramón Borrego en la posición y continuó su trabajo con el instructor de tercera base del club, Jody Reed, tras regresar al complejo.

«Cuando regresé a los Marlins hice mi rutina todos los días», explicó Arráez. «Practicamos situaciones de juego y lo hago en los encuentros también».

A pesar de la versatilidad que ha mostrado a lo largo de su trayectoria como ligamayorista para defender múltiples posiciones del terreno, Arráez dejó claro el domingo que la segunda base es el puesto en el que desea permanecer por el resto de su carrera.

Rumbo a la jornada del domingo en el mejor béisbol del mundo, el estelar jugador de los Marlins no había cometido errores en sus primeras 31 intervenciones del campeonato.

«Me encanta la segunda almohadilla. Es mi posición favorita«, aseguró Arráez. «Necesito jugar béisbol fuerte y hacer las jugadas. Vamos a ver si puedo ganar el Guante de Oro«.

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