Luis Arráez demuestra ser una inversión de gran recompensa para los Marlins

Andres Espinoza
Andres Espinoza
Prensa Miami Marlins
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En las primeras dos semanas de la temporada regular de las Grandes Ligas, los Marlins de Miami se han frotado las manos como tenía tiempo que no lo hacían. A pesar de que Pablo López, la pieza principal que entregaron a cambio de Luis Arráez durante el invierno, también está en medio de un extraordinario inicio de la contienda, la directiva de los peces ha disfrutado de un segunda base venezolano que se ha encargado de elevar el rendimiento de todo su club.

Arráez, de 26 años de edad recién cumplidos, no ha hecho otra cosa más que rendir. Con el madero y con el guante, la «Regadera» se ha establecido como el baluarte principal de los Marlins en la actualidad, después de convertirse en el primer campeón bate desde el inmortal Rod Carew en ser cambiado en la temporada siguiente a la obtención de su título ofensivo. Carew también fue canjeado por los Mellizos de Minnesota tras la campaña de 1978.

El nativo de San Felipe ha sido todo lo que esperaba el alto mando de Miami e incluso más. Fiel a sus características naturales, Arráez ha hecho un gran contacto con el madero, ha puesto la bola en juego con frecuencia y ha recolectado imparables hacia todos lados del campo.

El mejor, otra vez

Antes de la jornada del pasado miércoles, el camarero lideraba a todos los paleadores de las Grandes Ligas en promedio (.537) y porcentaje de embasado (.596); además, se posicionaba en el percentil 98 en tasa de ponches (6.4%) y en el 99 en tasa de abanicados (9.1%).

Ese average de .537 puntos que exhibía el criollo estaba entre los más elevados desde 1920 para un jugador en sus primeros 12 desafíos de una temporada. Entre los toleteros con un mínimo de 40 apariciones al plato en ese lapso, solo Frank Catalanotto (.588 en 2000), Bob Hazle (.556 en 1957), Stan Musial (.551 en 1958), Harry Heilmann (.543 en 1923), Bob Fothergill (.542 en 1927) y Dave Chalk (.541 en 1975) han tenido un mejor promedio que Arráez, según los cálculos de MLB.com.

Asimismo, hace apenas un par de días, el All-Star de la campaña anterior se convirtió en el primer jugador en la historia de los Marlins en batear para la escalera. Antes del arribo del venezolano, Miami era el único club en todas las mayores sin un pelotero que lograra dicha hazaña.

Lo que hace y lo que podría hacer

El talentoso toletero se embasó en cada una de sus primeras 11 apariciones como titular este año y conectó indiscutible en todas menos en una de esas.

Mientras el resto de los paleadores de los peces conectaban para una línea ofensiva de .211/.272/.362, con un wRC+ de 70, la artillería del mánager Skip Schumaker registraba números de .245/.308/.401, con un wRC+ de 91 cuando se incluía a Arráez en la ecuación.

Eso quiere decir que el Bate de Plata elevaba el promedio de bateo de su club en 34 puntos por sí solo y el wRC+ en 21 unidades.

Pero en una temporada que todavía tiene la inmensa mayoría del calendario por delante, lo más emocionante está en lo que podría conseguir el segunda base si mantiene un ritmo similar durante la mayor parte de la contienda, lo cual es perfectamente posible tomando en cuenta que Arráez bateó para .300 o más de promedio de tres de sus primeras cuatro zafras en MLB.

En este caso, fresco de su título de bateo de la temporada pasada con los Mellizos en la Liga Americana, el criollo podría convertirse en el segundo jugador en los tiempos de la «Era Moderna» (desde 1900) en ganar campeonatos de bateo en cada circuito. El infielder de los Yankees de Nueva York, DJ Lemahieu, fue el primero en hacerlo, registrando el promedio más elevado de la Liga Nacional en 2016 y después en el joven circuito durante la recortada temporada de la pandemia en 2020.

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