¿Existe el amor en el fútbol moderno? En los tiempos donde los contratos multimillonarios marean, Lucas Pérez demostró que sí. Acomodado en la primera división de España con el Cádiz, el delantero decidió bajar dos categorías para jugar en el Deportivo la Coruña. No cualquier equipo, sino del que es hincha y que hace no mucho desfilaba por la UEFA Champions League.
Ese idilio que nace en la infancia con unos colores de un equipo se sostuvieron en el tiempo. La campaña pasada, cuando había culminado el curso para Cádiz, Lucas Pérez asistió al estadio a ver la serie del Play-off entre Depor y Albacete, que perdieron los gallegos. «El Deportivo se quedaba un año más en Primera RFEF, la tercera categoría del fútbol español y la tercera temporada a ese nivel que le tocaba padecer al club. Tragedia. Recuerdan los que estaban con él que Lucas rompió a llorar. Y que no podía parar. De regreso a casa, caminando como un hincha más, seguían las lágrimas», explicó Nacho Carretero en El País, en una nota titulada: «Lucas Pérez contra el fútbol negocio»
Carretero añadió: «Semanas antes, Manuel Vizcaíno, presidente del Cádiz, le había dado su palabra: si el Depor ascendía a Segunda División le dejaría salir. Supondría bajar una categoría, pero el jugador estaba empeñado. Tanto, que le insistió igualmente al presi tras la debacle contra el Albacete». Esto le valió críticas de la afición gaditana. Pero en este mercado de invierno logró su meta. Un caso que recordaba a Cristiano Lucarelli cuando fue a la Serie B con Livorno.
Sin explicación económica
Lo de Lucas Pérez para muchos sería catalogado como una locura. No tiene lógica económica. Pero no es una decisión racional, sino sumamente pasional. No solo sale de un equipo de primera división, donde es titular y goleador. Aparte de eso dejará de percibir dos millones de euros, para recibir solo una décima parte. Sin embargo, eso no es todo, porque ha puesto de su bolsillo para pagar parte del fichaje, un total de 500 mil euros. Insólito.
No es la primera vez que lo hacía, ya que en 2015 dejó de ganar 600 mil euros con el PAOK Salónica (Grecia), para ganar 150 mil con el Deportivo. Cabe destacar que en esta etapa de su vida, Lucas Pérez tiene gran parte de su vida resuelta por su paso por el Arsenal y su buen manejo en los negocios, pero no deja de ser un decisión sorprendente. Tampoco es un secreto que fue criticado en la temporada del descenso (2017) y buscará reconciliarse con la hinchada blanquiazul.
«Con el apartado material resuelto le quedaba decidir qué hacer en lo que le queda de carrera: seguir marcando goles en Primera para intentar salvar a distintos equipos o buscar lo emocional jugando para la camiseta de su vida y, de paso, convertirse en leyenda: el chaval coruñés que regresó para sacar a su equipo del barro. Lucas quiere alimentar su estima, no su bolsillo. Y eso, en un mundo mercantilizado al extremo, te convierte en un objeto extraño», añadió Carretero en el medio español.
El corazón de Pérez habló
“No voy a jugar en Primera RFEF, voy a jugar en el Deportivo. De dinero no hablo. Lo único que hago es venir a mi casa a que mi equipo se aproveche de mis últimos años de carrera (…) No me ato a los contratos. En el momento que el Deportivo crea que no soy válido pueden hablar conmigo”, dijo Lucas Pérez en su presentación. Hasta 10.000 espectadores asistieron a Riazor para ver el acto.
“Sé que tengo presión. No pasa nada. La quiero, gracias. Pero si por mi fuese saldría a jugar ahora mismo. Llevo muchos años en esto y ya he jugado en Riazor, ¿eh?”, soltó el delantero, que en su pasado blanquiazul jugó 93 partidos, marcó 32 goles y dio 20 asistencias. Cualquier otro estaría el viernes, con Cádiz, en Mestalla contra Valencia. Pero solo el amor loco de Lucas Pérez hace que esté en el Deportivo versus Unionistas de Salamanca. Un contraste marcado con el fichaje de Cristiano Ronaldo por 200 millones al fútbol de Arabia Saudita.