Erick Leal completó una revancha personal en finales tras lanzar seis innings en blanco para guiar el triunfo de Tiburones de La Guaira 7-1 sobre Leones del Caracas, la noche del jueves. El lanzador más dominante de las últimas tres temporadas en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional no tuvo suerte en su anterior presentación en series por el gallardete, pero se creció en el momento propicio para los escualos exhibiendo su stamina.
Leal realizó 95 envíos sobre la loma del Estadio Universitario, igualando la mayor cantidad de su carrera en un encuentro, precisamente también contra el equipo capitalino, aunque en esa oportunidad con el uniforme de Navegantes del Magallanes. Fue en el Round Robin de la zafra pasada, el 7 de enero de 2022 trabajó seis entradas y un tercio para apoyar la blanqueada de su club 1-0, yéndose sin decisión del compromiso aquella vez.
«Todo el crédito para mis trainers, todo el crédito para el trainer del Magallanes. Incluso el día de hoy estuvo conmigo (Antonio) Balleste. Pienso que por todo lo que veníamos haciendo durante la temporada, quería que estuviera conmigo», precisó el serpentinero a Efraín Zavarce de IVC Networks, tras ser consultado sobre su capacidad de mantenerse en el montículo por espacios de largo aliento, siendo la tercera vez en menos de un mes que alcanza al menos los seis capítulos.
Una rareza encomiable
De hecho, Leal, que terminó segundo en innings lanzados en la ronda eliminatoria, con 56, y en el mismo lugar en el todos contra todos, con 26, ha completado por lo menos cinco entradas en 14 de las 18 aperturas en el certamen. Toda una proeza en un campeonato como el venezolano, dominado en general por los maderos.
«Para mí ellos han sido muy importantes los últimos tres años trabajando con Magallanes», prosiguió el valenciano su dedicatoria al staff de trainers. Yo le dije (a Balleste) que necesitaba que estuviera conmigo, porque los trainers están en las buenas, pero también en las malas. Me levantan el ánimo y eso para mí también es muy importante. El trabajo que estoy haciendo con tantos innings, es porque lo que he hecho con ellos».
El valor de su preparación
Es frecuente ver a Erick Leal trabajar. Sea en el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia, su hogar habitual, o en cualquier feudo del país. Su rutina, por lo general incluye ponerse el uniforme de juego, así sea una sesión de bullpen. Y la mirada es igual de desafiante a la que tiene cuando hay 20 mil aficionados en el parque, aunque solo estén los coachs, el receptor, los trainers y algún periodista observándole durante la práctica.
«Estuve trabajando en el bullpen con (Francisco) Arcia. Me ayudó bastante en la sesión, lo que hicimos ahí fue fundamental para hoy. Estábamos en la misma página, trabajando los pitcheos de forma agresiva», reveló Leal a Zavarce, antes de mencionar que el plan de trabajo se construyó en dos días, desde su llegada al cardumen como adición. «Para nadie es un secreto que me gusta trabajar, me gusta estar activo entre cada salida. Ellos (staff de Tiburones) ya traían su plan sobre cómo trabajarlos durante la temporada (a los bateadores del Caracas), y yo también lo traía. Pienso que el conocimiento que él (Arcia) tenía junto al mío, hicieron click. Estábamos en la misma página, tuvimos una muy bonita llamada de pitcheos y ese fue el éxito el día de hoy».
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La redención de Erick Leal
Para el diestro de 27 años de edad, la labor del tercer careo de la serie por el título contra los melenudos fue una redención. Además de no permitir rayitas, solo admitió tres hits y ponchó a cuatro rivales, para dejar atrás la velada del 22 de enero del año pasado. Esa vez se marchó castigado por Caribes de Anzoátegui con cinco carreras libres de suciedad en solo dos innings y un tercio, durante su hasta ahora única presentación en finales.
Pero todo el que haya visto a Leal en algún momento de los últimos tres cursos, sabía que esa no sería su última imagen en un careo definitorio. Él pertenece a otra categoría de pitchers competitivos y dominantes, que cada vez es menos frecuente apreciar en nuestra pelota.